El desencanto, la contemporaneidad de Bolívar

GUADALAJARA, JALISCO (22/JUL/2010).- El surgimiento de las naciones hispanoamericanas y los protagonistas de las luchas insurgentes son los temas que aborda el escritor cubano Rafael Rojas en el título Las Repúblicas del aire, obra ganadora del primer Premio de Ensayo Isabel de Polanco, que se presentó en la Feria Internacional de Libro (FIL) de Guadalajara de 2009.

El autor explica que su libro detalla el proceso de fragmentación de los virreinatos del imperio borbónico en una docena de repúblicas. El académico nació en Cuba y actualmente forma parte del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) de México.

Rafael Rojas, quien es especialista en historia y política de América Latina, argumenta que cada una de las repúblicas que nacieron a principios del siglo XIX tuvo que inventar una identidad simbólica de acuerdo a su territorio. “Eso no existía antes, los cuatro virreinatos tenían sus áreas geográficas muy bien delimitadas, pero no términos nacionales”.
Además, Rojas destaca el papel de Simón Bolívar (1783-1830) y su propuesta de lograr una confederación que integrara a las nacientes repúblicas. Agrega que durante este año de festejos de las independencias latinoamericanas se ha generado “un gran debate” sobre la figura del llamado “Libertador de América”.

-- Simón Bolívar proponía una confederación de las repúblicas latinoamericanas, ¿por qué muere desencantado de esa América unida?

-- Bolívar no muere desencantado de la unidad de América, sino más bien de la deriva política que adoptó cada una de las repúblicas. Él observó entre 1827 y 1828 --tres años antes de su muerte-- que cada república estaba derivando en el caudillismo y en guerras civiles. Entonces vio que era muy difícil crear unidades nacionales que consideraba necesarias para armar la Confederación Americana, y lo dijo en sus cartas, en los mensajes a sus amigos, en documentos y artículos políticos entre 1828 y 1830. Incluso consideró que la única opción era abandonarlo todo, migrar hacia Europa. En algún momento, en una de sus cartas señaló: “tengo dos opciones, me voy al exilio o empiezo de nuevo la guerra de Independencia, pero en contra los caudillos que se apoderaron de las regiones”.


-- ¿Ese desencanto marcó al llamado “Libertador de América”?

-- Creo que sí. Ahí hay otro tema que se desarrolla en el libro, el propio desencanto que se genera en torno a la figura de Bolívar, que es visto no sólo como el padre de la patria neogranadina sino americana. A partir de 1826, cuando Bolívar propone el modelo de la Constitución boliviana donde hay dos instituciones, la presidencia vitalicia y el senado hereditario, defraudó a todos los que lo apoyaron, entre ellos los poetas latinoamericanos como José María Heredia, José Joaquín Olmedo y Andrés Bello.

-- ¿Esa distancia marcó las contradicciones entre la Constitución boliviana y su América unida?

-- Creo que tenía sentido como él lo planeaba. Pensó que sería más fácil una confederación si cada Gobierno era pequeño y centralizado porque era más fácil ponerse de acuerdo, pero no vio a los distintos actores regionales y sociales. Había una tendencia en Bolívar a homogeneizar la diversidad hispanoamericana e incluso había en él una visión negativa de la heterogeneidad.
 
-- ¿Lo anterior convierte al libertador en un contemporáneo en términos de la globalización?

-- No necesariamente, porque la globalización sí incluye las identidades regionales. Bolívar es contemporáneo a nosotros por la frustración, la melancolía y el desencanto. Primero es héroe de una guerra y luego fundador de una república. La duda y la vacilación sobre el éxito de lo que estaba logrando es la misma que tenemos en la actualidad. No era un hombre de fe, poseía una visión muy crítica de lo que estaba haciendo y eso me parece contemporáneo.

-- ¿Se ha dignificado la figura de Simón Bolívar este año de festejos de las independencias latinoamericanas?

-- Hay un gran debate sobre su legado en la historiografía, en los escritores y en los intelectuales. Hay algunas instrumentaciones teológicas de la herencia de Bolívar como en el caso del Gobierno de Hugo Chávez, que nos está presentando a un precursor del marxismo y del antiimperialismo en sus variantes socialistas o nacionalistas, que no creo que correspondan a Bolívar ni a su contexto. Y cuando digo que es nuestro contemporáneo, quiero decir que vivió en un momento que se parece más al nuestro. Me parece que vivió en un mundo sin naciones.

Perfil
El autor
Rafael Rojas es escritor, historiador y académico. Nació en Cuba en 1965. Su trayectoria incluye más de una docena de títulos y se le considera un especialista en política de América Latina. De su trabajo destacan los libros Historia de una conexión imposible, Tumbas sin sosiegos, Un banquete canónico, José Martín. La invención de Cuba y Las Repúblicas del aire, obra que le valió el primer Premio de Ensayo Isabel de Polanco.

El dato
El Premio de Ensayo Isabel Polanco surgió en honor de quien fuera delegada del Grupo Santillana. La FIL y la Fundación Santillana instauraron este galardón al género ensayístico. El fallo se realiza anualmente en Guadalajara.


“Bolívar es contemporáneo a nosotros por la frustración, la melancolía y el desencanto”
Rafael Rojas, historiador