El ingeniero de los ladrillos rojos

GUADALAJARA, JALISCO (01/JUL/2016).- Aunque la belleza arquitectónica del edificio Zaragoza, antes XV Zona Militar de Guadalajara y Seminario Mayor, es para dejar boquiabierto, podría ser mejor valorada si supiéramos más sobre su historia y su creador. Y como el conocimiento cambia la forma de ver y apreciar las cosas, la mirada sobre el inmueble quizá sería otra si supiéramos que el ladrillo rojo prensado a alta temperatura que conforma su fachada fue hecho en la propia fábrica de su creador: el ingeniero jalisciense Antonio Arroniz Topete, cuya vida y obra es abordada en el texto “La Impronta del Ladrillo”, escrito por Adriana Ruiz Razura.

“Tuve oportunidad de entrar a la quinceava zona, que se inauguraba como Museo de Arqueología. Me fascinó, me enamoró, dije —quiero saber quién lo construyó. Pensé que Arroniz tuvo que haber sido alguien importante, mi mamá, que era muy amiga de la señora Lucero Arroniz, me contactó y entrevisté a todos sus nietos; me platicaron anécdotas maravillosas, luego me fui a los archivos, a buscar en catastro”, contó la autora en entrevista.

Luego de cuatro años de trabajo, en los cuales buscó en numerosas fuentes y viajó a Ameca a conocer a los familiares del ingeniero. Ruiz Razura publicó mil ejemplares del texto con apoyo de la Secretaría de Cultura, el cual presentará hoy a las 20:00 horas en el edificio Zaragoza (Reforma 425). “Fui encontrando poco a poco las pistas, como si fuera un rompecabezas, esta investigación nos permite conocer a un gran personaje de principios de los años 1900, no sólo en el ladrillo, sino mostrar esa parte humana”.

La maestra y doctora en Humanidades y Arte por la Universidad Autónoma de Zacatecas señaló que el ingeniero fue responsable de inmuebles como la Escuela de Artes y Oficios, la cúpula del templo del Sagrario Metropolitano, el primer edificio de Cervecería La Estrella, distintas casas en el centro de la ciudad y presuntamente del Cuartel Colorado, hoy Museo del Ejército y la Fuerza Aérea. “Aparte el libro contempla una análisis formal del edificio de la quinceava, eso lo hace Alfredo de manera muy minuciosa, esa es algo importante que nunca se había hecho, les va a gustar mucho leer esa parte que es más técnica”.