Nadine explora las pasiones femeninas

GUADALAJARA, JALISCO (29/JUN/2013).- La intención de Susana Aikin al escribir su primera novela, Nadine (Ishta Press, 2012), fue hablar acerca del mundo de las relaciones no románticas entre mujeres, de las que dice, son un fenómeno emocional que no se ha explorado a fondo.

“Nadine surgió de esas pasiones femeninas que no son romances, pero que son pasiones muy profundas y muy importantes en la vida de las mujeres”, dijo la autora inglesa-española cuando tuvo la palabra durante la presentación de su libro, la noche del pasado jueves en librería José Luis Martínez del Fondo de Cultura Económica, después de los escritores y académicos que la acompañaron, Silvia Eugenia Castillero y Gerardo Gutiérrez Cham.

La también guionista y estudiosa de la medicina alternativa, contó que la idea de esta novela surgió a raíz de la muerte de una amiga suya muy querida —a causa de cáncer— con quien tuvo “una relación de amor intenso y conflicto intenso”, expresó la autora: “como también sucede con otras amigas y con mis hermanas”.

En este libro, Aikin narra precisamente la historia de dos hermanas, Nadine y Alexandra, cuyos estilos de vida opuestos las han separado en el pasado. La enfermedad de Alexandra es lo que detona el reencuentro que va desentrañando secretos familiares.

Se trata de una novela que refleja una “intensidad existencial asombrosa” y “un gran aprendizaje del ser”, afirmó Silvia Eugenia Castillero, y eso que la poetisa, ensayista y directora de la revista Luvina, confesó que no es una muy buena lectora de novelas. “Claro que hay grandes novelistas y autores que yo adoro”, aclaró, “pero hay muchas que yo dejo a la mitad porque me parece que las voces son impostadas; que no logran esto que yo destaco mucho de Nadine”.

El especialista en análisis del discurso y novelista, Gerardo Gutiérrez Cham —autor de Snapshot— dijo que aunque el drama de Nadine sucede en Madrid, bien podría suceder en cualquier parte del mundo, ya que el personaje “lleva encima ese pesaroso maleficio de la modernidad, que consiste en la búsqueda anhelante de satisfactores indelebles, como si la vida se nos fuera en ello”.