Cultura | Presenta nuevo libro Nettel hace un repaso por su cuerpo La escritora mexicana tiene nueva novela: ''El cuerpo en que nací'', que presentará el FIL el próximo 29 de noviembre Por: EL INFORMADOR 22 de noviembre de 2011 - 02:51 hs Guadalupe Nettel nació en el Distrito Federal en 1973. Ha escrito 'Pétalos' y 'El huésped', entre otros. EL UNIVERSAL / GUADALAJARA, JALISCO (22/NOV/2011).- Con la filosofía de que es posible reconciliarse con quien es uno en realidad y regresar al cuerpo en que nacimos; asumir la fuerza y belleza que tenemos todos los seres humanos, y quererse y aceptarse para irradiar luminosidad siendo quien nos tocó ser, la escritora Guadalupe Nettel (Ciudad de México, 1973), escribió el libro El cuerpo en que nací. La escritora, que goza de gran reputación entre sus colegas y entre un gruó creciente de lectores, fue autocrítica al señalar que su nueva obra es “un libro honesto, donde se habla de una época clave, la de los años 70 del siglo XX, tocando aspectos no muy obvios de la vida en el país, como el exilio latinoamericano, las prisiones de México y los deseos de componer el mundo, a través de una mirada cruda y crítica sin ofender a la sociedad”, dijo. La entrevistada recordó que antes de 2009 no tenía ni un proyecto o plan que incluyera escribir o publicar este libro. Acababa de nacer su primer hijo y ella estaba escribiendo otra cosa, pero a petición de una casa editorial para la que trabaja, escribió una autobiografía. ‘Fue un detonador la llegada de mi hijo. Al coincidir el nacimiento de mi hijo con esa petición, vinieron mis recuerdos’. Explicó que a su mente acudieron muchas imágenes de su vida, desde sus años de infancia, y muchos recuerdos generaron en ella la necesidad de escribir lo que ahora es este libro. “Yo no sabía qué iba a ser ese texto, y traté de no pensar en un después, ni en la reacción de un lector ni en nadie. El texto brotó y no se lo di a leer a nadie durante el proceso de escritura”, comentó Nettel. Destacó que después tomó la decisión de publicarlo, convencida de que en el mundo existen personas que se puede identificar con este libro, cuyas páginas “pueden resonar en algunos lectores que hayan tenido experiencias semejantes a las mías”. Su hijo nació en enero de 2009 y en ese contexto, le dedicó a él este libro, aunque la obra puede ser un puente entre todo lector y la autora, dijo. “Todos los seres humanos nos parecemos en algo y tenemos muchas cosas en común. Cuando se habla de una manera tan sincera, por más que nuestras ideas sean diferentes, siempre hay un punto de convergencia”, subrayó la entrevistada. Añadió que hubo muchas cosas que se quedaron en el tintero, pues pudo haber sido mucho más abundante en sus recuerdos felices. Bellatin y Arriaga acerca de ella Para hablar de la publicación, a la Librería El Péndulo, en la Ciuda de México, fueron invitados hace unos días el escritor Guillermo Arriaga, el escritor Mario Bellatin y la propia autora. Tras dejar en claro la amistad que le une a Nettel, Bellatin expuso las consecuencias que acarrea leer este libro, así como su gusto por cada línea de las páginas de esta novela autobiográfica, pues en ella se pueden recrear no sólo partes de la vida de una persona que creció en la década de 1970, sino las de la mayoría de las personas. Del primer beso a todo lo demás En el texto se vuelve a vivir el primer beso, las peleas entre amigos, las discusiones entre los padres de familia, las masturbaciones de una joven y demás experiencias que se viven durante el crecimiento como seres humanos. Y eso es para agradecerse, afirmó el escritor, ya que si no fuera así los libros que se colocan en las librerías serían grises y no tendrían sentido. En su turno, el director de cine y también escritor, Guillermo Arriaga, comentó que el libro El cuerpo en que nací muestra historias vivas, relatos que se dicen a partir de una experiencia, de una sola persona, que después se hacen identificables con los lectores. Para la autora, continuó, el texto permite una “exploración comprometida con ella misma”, en donde “arroja pedacitos de espejos” que le acceden a reflexionar sobre su cuerpo y su situación personal real. En cada línea de este material literario se hace una “reflexión de cómo habitar un cuerpo”, expresó Arriaga, y de cómo se cambia de uno a otro, porque todo ser humano ocupa en su vida distintos cuerpos y cada uno le da “una mirada distinta” de lo que es y cómo lo ve la gente. Para él, el valor del libro es la “entrega del ser de la escritora de manera muy abierta”, con lo que permite que la función de su literatura, de este arte en letras, sea para “hacer ver cosas no contempladas” a los demás. Tras los agradecimientos de la autora, se le cuestionó al productor Arriaga sobre la posibilidad de retomar este texto literario para presentarlo en versión cinematográfica, como también la había mencionado Mario Bellatin. Al respecto, el director de cine comentó que están en planes para realizar tal versión, pues el texto sí se presenta para ser recreado en imágenes. Las felicitaciones por parte del público asistente hacia la autora y los invitados se expresaron con palabras y con los prolongados aplausos al final de la presentación de libro. El cuerpo en que nací será presentada en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el 29 de noviembre a las 17:00 horas. El cuerpo en que nací /Guadalupe Nettel / Anagrama / Páginas 200 Fragmento Nací con un lunar blanco, o lo que otros llaman una mancha de nacimiento, sobre la córnea de mi ojo derecho. No habría tenido ninguna relevancia de no haber sido porque la mácula en cuestión estaba en pleno centro del iris, es decir, justo sobre la pupila por la que debe entrar la luz hasta el fondo del cerebro. En esa época no se practicaban aún los transplantes de córnea en niños recién nacidos: el lunar estaba condenado a permanecer ahí durante varios años. La obstrucción de la pupila favoreció el desarrollo paulatino de una catarata, de la misma manera en que un túnel sin ventilación se va llenando de moho. El único consuelo que los médicos pudieron dar a mis padres en aquel momento fue la espera. Seguramente, cuando su hija terminara de crecer, la medicina habría avanzado lo suficiente para ofrecer la solución que entonces les faltaba. Mientras tanto, les aconsejaron someterme a una serie de ejercicios fastidiosos para que desarrollara, en la medida de lo posible, el ojo deficiente. Esto se hacía con movimientos oculares semejantes a los que propone Aldus Huxley en El arte de ver pero también –y esto es lo que más recuerdo– por medio de un parche que me tapaba el ojo derecho durante la mitad del día. Se trataba de un pedazo de tela con las orillas adhesivas semejantes a las de una calcomanía. El parche era color carne y ocultaba desde la parte superior del párpado hasta el principio del pómulo. A primera vista, daba la impresión de que en lugar de globo ocular sólo tenía una superficie lisa. Llevarlo me causaba una sensación opresiva y de injusticia. Era difícil aceptar que me lo pusieran cada mañana y que no había escondite o llanto que pudiera liberarme de aquel suplicio. Creo que no hubo un solo día en que no me resistiera. Habría sido tan fácil esperar a que me dejaran en la puerta de la escuela para quitármelo de un tirón, con el mismo gesto despreocupado con el que solía arrancarme las costras de las rodillas. Sin embargo, por una razón que aún no logro comprender, una vez colocado nunca intenté despegarlo. Ortuño describe a Nettel El escritor Antonio Ortuño (Guadalajara, 1976) recuerda que conoció a Guadalupe Nettel, cuando el trabajo de ambos aún era inédito, ahora sus obras son reconocidas dentro y fuera del país. “Fue en una mesa de novísimo narradores de la FIL, hace años. Estaba por salir la primera novela de Guadalupe y lo que dijo en aquella mesa me pareció interesante y la comencé a leer”, expresa el autor de La señora rojo y Ánima, quien considera que su colega es una escritora “estupenda” y no es una opinión personal, pues con él coincide la crítica literaria. “Es una de las mejores escritoras contemporáneas en español y me parece que es una escritora muy hábil para explorar los matices éticos de sus personajes y, a la vez, para hacerlo con una prosa llena de observaciones agudas”, dice Antonio Ortuño, quien durante la próximo edición de la Feria Internacional del Libro presentará su reciente libro Ánima (Mondadori). Para el autor tapatío uno de los libros más sobresalientes de Nettel es Pétalos, uno de relatos. “No creo que la buena literatura sea un asunto de género. Guadalupe es una buena escritora sin etiquetas”. El tapatío pertenece junto con Nettel, David Miklos y Yuri Herrera a la generación autores mexicanos nacidos en los años setenta. 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