Pedro Ángel Palou se sumerge en la posguerra europea

 GUADALAJARA, JALISCO (11/OCT/2013).- En su nueva novela, "La amante del ghetto", se concentra en una historia de espionaje y pasión. La reciente historiografía ha concentrado parte de sus esfuerzos en la Europa de la posguerra, en la que, además de la participación de soviéticos, británicos y norteamericanos, estuvieron presentes las mujeres, unas vencedoras y otras sojuzgadas. Estas últimas tuvieron que arrostrar vejaciones sin parangón.

En febrero de 1947, después de que se firmaron los tratados de paz en París, Francia intenta renacer a través de la Semana de la Moda. En ese contexto se desarrolla "La amante del Ghetto" (Planeta, 2013), novela más reciente de Pedro Ángel Palou (Puebla, 1966).

Ese escenario, en el que se perfila una Europa "muy confusa", le permite al escritor crear una novela en la que se mantiene un dejo de espionaje, de pasión y de venganza. Los Nokmin, vengadores del Holocausto, se encuentran en plena temporada de caza.

Palou cuenta que la protagonista de la historia, Zofia Nowak, excantante en Varsovia, sobreviviente de Auschwitz y modelo de Dior, quiere vengarse de las humillaciones recibidas y, con un interés más personal que colectivo, quiere arreglar un asunto empolvado con un antiguo oficial nazi, examante suyo.

Con respecto al proceso creativo, el escritor afirmó que tuvo que buscar con mucho cuidado la liga entre algunas mujeres que estuvieron activas durante la entrada de los nazis a Varsovia, en 1939, mismas que participaron en acciones de resistencia. La construcción del espacio en el que se desarrollan los personajes de la historia también fue una tarea ardua.

"El novelista histórico está obligado a construir un mundo a sus personajes en el que se sientan cómodos. Si el personaje histórico se siente cómodo en ese mundo que el novelista le ha ayudado a construir, entonces el lector va a entrar en un mundo hospitalario que es el mundo de la novela, va a sentir que lo que está ocurriendo ahí es verosímil".

Comentó que aunque hay escritores que comienzan a urdir su novela a partir de la acción, él, como sostenía Robert Louis Stevenson, cree que el personaje siempre debe estar supeditado a la acción.

"El lector lee una novela por las peripecias que le ocurren a los personajes. Y los personajes van adquiriendo vida en la medida que son enfrentados al conflicto y responden ante ese conflicto con todas las condiciones de su ser. Entonces el novelista va descubriendo a su personaje en la medida en que lo va metiendo en distintos conflictos, en la medida en que lo sumerge en la acción. Para mí es muy importante, antes de empezar a escribir, tener más o menos claro el argumento, la acción propia de la novela", dijo.

Agregó que como "novelista de ficción documentada" está interesado en el pasado solamente porque le preocupa el futuro: "Me preocupa que las lecciones de ese pasado puedan servirle al futuro inmediato, porque los seres humanos nos hacemos preguntas muy serias sobre ese presente que no comprendemos, que nos parece confuso. Yo utilizo los elementos del pasado, los elementos históricos, para construir una serie de preguntas cruciales sobre el presente y el futuro".
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