''Yo no me considero un artista''

GUADALAJARA, JALISCO (31/JUL/2013).- Mi papá ha logrado que el barro canelo esté en donde está, porque es la única persona que lo llevó a sobresalir al nivel de una comunidad. Él dijo: ‘Yo ya no voy a hacer botellones’. Eso es lo que se hace en el Rosario; miles, pero eso es lo que yo ya no puedo hacer. Si mi papá ya construyó algo, no puedo destruirlo. Para subsistir, si yo hago 10 piezas, ellos tienen que hacer una gruesa, que son 12 docenas; 144 piezas valen a lo mejor lo mismo que 10.

En determinado momento, la técnica del canelo se va a perder. Para muestra un botón: mi padre, don Nicasio Pajarito, nos cuenta que de los años treinta a los cincuenta, el pueblo del Rosario vivía de la artesanía y de la agricultura. En tiempo de lluvias se venían a sembrar y en tiempo de secas se dedicaban a la elaboración de artesanía. Hoy en día si hay 50 familias en el Rosario, nada más trabajan cinco. El legado de los Pajarito se va a perder si no hay una enseñanza para las futuras generaciones.

La enseñanza la hay, pero lo que no hay es la motivación económica, un apoyo gubernamental. Mi papá dio toda su vida al canelo y nadie le ha regresado nada. Cuando eres trabajador de ferrocarriles nacionales te pensionan, cuando eres un artesano ¿quién te jubila? ¿quién se preocupa por ti? Nadie. Los artesanos han sido reconocidos por su trabajo porque se lo han ganado por mano propia, no les regalaron nada.

El problema actual de todas las técnicas es que están mal económicamente porque no hay promoción, no hay difusión. Yo le explico a mucha gente pero es como ponerme con Sansón a las patadas…

Mi papá nos cuenta que él vio trabajar a su abuelo Leandro, y a su padre, Cecilio, pero primero fue Zenón Pajarito, su bisabuelo. Yo tengo tres hermanos que son artesanos. Necesitan espacio para desarrollar sus ideas y sus criterios, antes estuvimos juntos.

Nunca terminas de aprender

Tengo 39 años y apenas acabo de aprender. Considero que ahorita, como artesano, yo estoy al 90% y creo que nomás voy a llegar hasta el 99, porque nunca alcanzas a aprender todo el oficio de la cerámica, día con día hay cosas nuevas en el sentido de la práctica y del quehacer. En el quehacer me refiero al quemar, a los tintes, a los colores, porque puede haber variaciones. Digamos que en esta técnica del barro canelo tradicional hay un proceso continuo de experimentación.

La técnica del barro canelo se reconoce por los coloridos semejantes a la canela después de quemarse. El fondo y los pastillajes o engobes (primeros tintes) de los fondos son similares a la canela. El engobe no son anilinas ni químicos, son pinturas naturales. Estos colores, si se les pone tierra o algo externo, se cortan.

Para hacer una pieza se empieza modelando el barro. Ya que la pieza está hecha —puede ser un botellón, una jarra, un florero, un xoloitzcuintle, o lo que tú quieras—, la tienes que asolear en la resolana. Una vez que esté seca, la lijamos. Antes no se usaba. Las piezas se lijaban con el mismo barro seco. Eso es lo que un artesano incompleto no te puede explicar, porque hay artesanos que nada más pintan o hacen; nada más queman o venden. Un artesano completo hace una pieza, la lija, la alisa, la termina, la quema y la vende. Nosotros tenemos esa enseñanza. Gracias a eso hemos estado más alto que otros artesanos.

Las técnicas del barro canelo y el bandera son de las más antiguas en Tonalá. Siguen siendo iguales desde hace siglos. No los vimos, pero las piezas que se han encontrado en la región lo documentan.

Artesanos completos han venido a conocer nuestra técnica o a querer desarrollarla, pero como es una técnica muy antigua y de herencia familiar, tienes que estar aquí años y años para conocerla por completo, porque todo es hecho en casa. Se está buscando la denominación de origen del canelo a nivel mundial, porque no se hace en ninguna otra parte del mundo ni de la República.

Lo de nosotros es decorativo, de colección y para el agua simple. Tú le pones agua de garrafón a una vasija de barro y te queda muy fresca. No hay contaminación ni nada porque la pieza ya está quemada a 600 ó 700 grados centígrados. No hay plomo. El barro no contiene plomo. Son engobes y el engobe no es plomo, si lo fuera, los colores se diluirían con el agua.

Las diferencias

Yo no me considero un artista, porque todavía me falta mucho por aprender de la vida. Mi papá tampoco se considera un artista. Yo pienso que para que te consideren artista dentro del medio es necesario que tengas un título como un artista plástico, egresado de una universidad, pero estás a la altura de un artista. Eso es lo que nos diferencia. En la Edad Media no había diferencias entre artesanos, herreros, carpinteros, talladores, pinturas en óleo, muralistas…

He tenido exposiciones colectivas e individuales en Tonalá, en el Distrito Federal. Pero fuera del país, no.

Normalmente hago unas 10 piezas al día, pero cuando es una pieza para un concurso o para un coleccionista, sí requiere de un tiempo más prolongado. Una sola pieza para una colección puede tardar hasta 15 días o un mes. El caso del mural que está en El Rosario, en la Capilla de Nichos, yo dilaté para hacerla de dos a tres meses. Es un mural de mosaicos cerámicos. Se hace el mosaico de cierto tamaño hasta poder lograr lo que tú quieres cubrir en el muro.

Sin apoyos

Nosotros no tenemos tanta promoción de parte de las autoridades. Uno busca ferias, exposiciones y algunas instituciones que las hacen como el Instituto de Artesanías Jaliscienses y la Casa de Artesanos de Tonalá, esas son las dos dependencias que nos ayudan a promover nuestra artesanía.

Le vendo a clientes que mi papá nos ha dejado, a coleccionistas y a algunas tiendas de Tlaquepaque o de la Ciudad de México. Tenga cliente o no, de todos modos tengo que trabajar. Por lo regular, aquí adentro de mi casa tengo una sala de exhibición, pero es difícil. Está difícil esto de ser artesano, porque no hay mucha venta en las piezas. Se desespera uno porque tiene una familia, porque a lo mejor si fuera uno solo, vives como el ermitaño.

PARA SABER
Trayectoria

Pajarito obtuvo el galardón Arte en barricas 2012, de la Ciudad de México, por la pieza -Mesa-Barril de Leyendas y Tradiciones-Incrustaciones de mosaicos de barro canelo en laca y ese mismo año recibió el galardón a la Creatividad en Tonalá.

El Mural de la Cruz de la Pasión de Cristo, creación de Pablo con la técnica barro canelo, es uno de los siete que adornan el Oratorio del Señor del Alfarero de la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario.

Desde el siglo XVIII

De acuerdo con el libro Linajes terrenales: las artes populares de Jalisco, escrito por Arturo Camacho Becerra, el barro canelo es una de las técnicas más antiguas: “Su origen se remonta al Siglo XVIII, los cronistas mencionan a un artesano de nombre Pajar que en la población del Rosario se dedicaba a fabricar loza de agua; un nuevo repunte lo tuvo hacia 1870 con el artesano José Fajardo quien comenzó a trabajar con lo que quedaba de modelar piezas grandes por lo que le llamaban ‘recorte’ que empleó en hacer canastas, cántaros, ollas y tinas de juguete, que con los años se convirtieron en botellones, tinajas, jarras, tibores y otros objetos

“La vasija más conocida del barro canelo son los botellones que por su porosidad enfrían el agua, por lo que son muy populares durante el verano. Además se realizan jarras, vasos y platones. Desafortunadamente es una técnica muy poco practicada por lo que está a punto de desaparecer, su decoración es  con base en formas vegetales que figuran hojas y flores”.