Aguarda Tiburón Ramírez debut en Roland Garros

PARÍS.- No valía la pena arriesgar la participación en el Abierto de Francia por un torneo de menor jerarquía en Bélgica, por lo cual el mexicano César Ramírez decidió regresar a París a esperar el inicio de Roland Garros.

Listo para su debut el próximo domingo en el segundo Grand Slam del año, el "Tiburón" entrenó hoy a tope sin contratiempo alguno en la academia de Patrick Mouratoglou en la localidad de Thiverval Grignon, cercana a París, consciente de que el primer juego es vital para tomar confianza.

El veracruzano, clasificado en el cuarto puesto en el escalafón juvenil de la ITF, se retiró por una molestia del Astrid Bowl en Charleroi, Bélgica, tras caer en el primer set ante el chileno Cristóbal Saavedra 5-7 en duelo de segundo ronda, luego de pasar "bye" la primera.

"Sentí un piquetito en la rodilla derecha a la caída del saque. No estoy lastimado, fue un poco el cansancio de 12 partidos en Italia. La idea es llegar al 100 por ciento al Roland Garros y no tenía caso arriesgar. Ya me siento perfecto", señaló.

César prefirió guardarse para Francia porque en verdad tiene deseos de ganar un Grand Slam, lo cual le servirá para cumplir la meta de terminar el año, su último como juvenil, como número uno del mundo.

"La meta es quedar como número uno del mundo y para eso tengo que ganar uno de los grandes", explicó la principal promesa del tenis mexicano, que en la práctica de este jueves trató de evitar el servicio para no forzar la rodilla.

Admitió que le ha costado un poco de trabajo retomar el ritmo de juego luego de estar casi dos meses sin actividad oficial por meterse de lleno en los entrenamientos en la academia, lo cual no le permitió ir más allá de los cuartos de final en el Trofeo Bonfiglio en Milán, aunque se coronó en dobles.

"Me ha costado un poco de trabajo retomar el ritmo de juego, no venía jugando desde hace algunas semanas, lo más importante a tres días de Roland Garros es que me siento bien. Estoy tratando de jugar todos los días", apuntó.

El "Tiburón", segundo en la siembra en Francia detrás del australiano Bernard Tomic, se encuentra optimista porque, sin duda, Roland Garros es su torneo favorito y la arcilla es también su superficie predilecta.

Ramírez, que llegó a cuartos de final el año pasado en Francia, donde cayó ante el italiano Matteo Trevisan en dos sets, sabe que su condición de favorito también significa un reto porque todos los rivales salen a morirse en la cancha para dar la sorpresa.

"Ser primeros en el ranking es duro, siendo sincero es muy difícil. Los rivales salen con menos presión, porque tienen mucho que ganar y nada que perder, pero para estar en la cúspide hay que ganar este tipo de partidos, tomarlo como una ventaja y no como presión".

Es prácticamente un hecho que César se quede los próximos cuatro años en la academia Mouratoglou, donde puede trabajar con su padre, su entrenador de toda la vida, a diferencia del sistema que usaba en Barcelona.