Deportes | Último encierro Con ''El Juli'' y Castella, San Fermín se despide de 2011 La tercia del cartel la remata el español Juan Mora, en lo que es la última corrida de Pamplona en los tradicionales ''Sanfermines'' Por: EFE 14 de julio de 2011 - 02:11 hs Julián López ''El Juli'' es el único diestro español que actuará dos veces en la Feria de San Fermín. REUTERS / PAMPLONA, ESPAÑA (14/JUL/2011).- Podríamos hablar de un cierre con broche de oro. La tradicional y añeja Feria de San Fermín, que se lleva a cabo en Pamplona, España, cierra el día de hoy con su octavo encierro, que se pronostica como una buena tarde de toros. La tercia la encabeza el español Julián López “El Juli”, quien cabe destacar que en el octavo festejo salió como triunfador absoluto al traerse consigo tres orejas en la espuerta, festejo en el que alternó con Miguel Ángel Perera. Le hace segunda en el cartel el francés Sebastián Castella, quien hace su presentación en la feria al lado de Juan Mora. El octavo encierro estará a cargo del fierro de Nuñez del Cuvillo. La dehesa española tiene un marco de referencia en la feria desde 1995, habiendo participado en cinco encierros, de los cuales se recuerda el del año 2004, que dejó cuatro cornados por las calles de Pamplona. La feria se cierra con este cartel de lujo; por una parte, la repetición de “El Juli”, quien se colocó como el único diestro español en actuar dos veces en la feria, mientras que la presencia de Sebastián Castella siempre causa grandes expectativas, hoy por hoy, una de las figuras más importantes a nivel mundial. Por su parte, el ibérico Juan Mora tiene un gran compromiso ante este cerrojazo, capacidades las tiene, pues a pulso se ha ganado el estar colgado del cartel. Antecedente La ganadería de Nuñez de Cuvillo también cerró en 2008 y 2009 la Feria de San Fermin, fechas en las que reportó saldo blanco por las calles de Pamplona. Tarde sin trofeos, la penúltima de la FeriaPAMPLONA.- El joven torero sevillano Daniel Luque fue el único diestro de la terna que se justificó con decisión y entrega en la penúltima corrida de los Sanfermines, en la que no se cortaron trofeos. Hubo de todo en la corrida de El Pilar, desde mansedumbre declarada como la del primer toro, que buscó desde su salida la puerta de los chiqueros, a la embestida dulce y entregada del quinto. Y, entremedias, también hubo toros ásperos frente a otros noblones. Pero, fueran como fueran, a casi todos se les castigó por igual en varas: con una tremenda dureza. Eso hizo que ni “El Cid” ni el público pudieran disfrutar del único astado verdaderamente bravo y entregado en las telas, un toro que el diestro de Salteras lidió en quinto lugar tras correrse el turno mientras era atendido en la enfermería del puntazo leve que, en un descuido, le infirió su manso y rajado primero. Extrañó que “El Cid” permitiera tal sangría de "Cotidianero", porque él mismo había pulseado con el capote la gran calidad del toro salmantino que, tras pasar por el varilarguero, se fue apagando inexorablemente en una faena de muleta que no tuvo emoción alguna por mucho que su matador se templara e intentara después remontarla con vanos alardes de cercanías. En ese toro, y en tan decepcionantes circunstancias, estuvo la clave de una tarde que tampoco fue, precisamente, la de “El Fandi”, al que se vio en todo momento incómodo e inquieto con su lote. Salvo en el tercio de banderillas que protagonizó con su primero, al que clavó tres pares con sinceridad y contundencia, el granadino deambuló con cautela tanto ante ese mismo astado, que se echó casi exangüe, como con un cuarto también apagado tras las varas, pero que al menos tuvo nobleza y claridad. Los dos toros de Daniel Luque fueron menos claros que éste pero, al menos, no sangraron tanto en el caballo. Ya con ese detalle demostró el joven espada sevillano una disposición mayor y mejor que la de sus compañeros y que continuó evidenciando con la muleta. Tuvo paciencia Luque para ir alargando las reservonas embestidas del tercero, sin forzarle demasiado las trayectorias, aunque sin obtener una respuesta muy agradecida del desfondado animal. Con el sexto, y ya con la tarde totalmente opacada, volvió a poner empeño y un fresco desparpajo, con desigual acierto. Dos series con la mano derecha llegaron al tendido, pero la mansurronería del de El Pilar acabó dejando todo al mismo nivel que el ambiente de la propia corrida. Tiene 112 encierros en su haberSergio Colas, un aficionado sordo en San FermínPAMPLONA.- Entre los centenares de corredores que participan diariamente en los peligrosos encierros de toros en la San Fermín, en Pamplona, Sergio Colas, un sordo de 30 años, se deja guiar por las vibraciones producidas por los seis toros de media tonelada. Desde el primer encierro del 7 de julio, ha participado en todos los encierros, organizados todas las mañanas hasta hoy en las calles adoquinadas de la capital de Navarra, en un recorrido vallado de 848.6 metros. Sergio Colas, nacido sordomudo y empleado en una fábrica de coches vecina, es un habitual de los encierros, en los que participa desde hace más de diez años. "Al principio fue difícil, no sabía cómo hacerlo. Primero aprendí y fue mejorando cada año", explica con la ayuda de un intérprete, su compañera desde hace cuatro años, Isabel Orzaiz Aldave. Este jueves, último día de este San Fermín, habrá participado en 112 encierros desde inicios de su carrera en cada una de las cuales "sientes mucha emoción, adrenalina, nerviosismo", apuntó. Vivió su gran emoción el año pasado, cuando fue tocado en su espalda por los cuernos de un toro, mientras corría delante de la bestia. "Lo único que pensaba en ese momento es que no podía perder el equilibrio para poder salir bien", confió el mozo español mostrando la larga cicatriz que le ha dejado en su espalda. Este miércoles, víspera de la clausura, siete corredores resultaron heridos. Sergio cayó, pero no resultó lastimado. "En el callejón había muchos agarrones y al final me caí en la calle, por lo cual no hemos podido disfrutar mucho", recordó. La tradición de los "encierros", que se corren cada mañana a las 8:00 horas (tiempo de España), remonta al siglo XIX, cuando los toros eran llevados a pie hasta la plaza, antes de protagonizar las corridas. Los astados recorren las calles adoquinadas del centro de la ciudad a toda velocidad, hasta la plaza de toros, en tres minutos y 55 segundos de promedio, rodeados por dos mil a tres mil 500 corredores, vestidos de blanco con un pañuelo rojo al cuello. Entre 200 y 300 de ellos resultan heridos cada año, muchos por caídas, aunque otros sufren traumatismos o cornadas. Un 3% de las heridas son graves, aproximadamente. Los encierros también pueden ser mortales. Desde 1911, han causado 15 muertos. El último fue en 2009, un español de 27 años, que sufrió una cornada en el cuello. Temas Toros Toreros Lee También Morante de la Puebla sale por la puerta grande de Las Ventas tras anunciar su retiro (VIDEO) Morante de la Puebla se retira después de tres décadas de trayectoria Diego San Román se consagra en la tradicional “Corrida de las Luces” Isaac Fonseca busca revancha y triunfo en la “Corrida de las Luces” Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones