El ''Zapata'' triunfa en Tlaxcala

TLAXCALA (19/SEP/2010).- Con más de tres cuartos de entrada, se celebró la tarde de ayer la corrida con motivo del Bicentenario, en la preciosa Plaza de Toros Jorge “El Ranchero Aguilar”.
Se lidió una preciosa y muy bien presentada corrida de la ganadería de Berlando de Queiroz, que ha salido buena en términos generales, desatacando el corrido en quinto lugar.

Zotoluco abrió plaza cortando la primera oreja de la tarde, se enfrentó a un toro de gran calidad, pero con poca fuerza. Lo entendió a cabalidad y le hizo la faena, rubricada con una estocada, lo que le valió cortar el apéndice.

Con su segundo, la cosa subió mucho de nivel, al realizar una gran faena de alto índice artístico. Lo toreó con ambas manos y la gente se le entregó de manera unánime.

A la hora de entrar a matar el de Bernaldo de Queiroz no le ayudó, y le pinchó en dos ocasiones, dejando luego una estocada entera. Perdió las orejas, pero no así el reconocimiento del público que le llamó al tercio a recibir la ovación.

El “Zapata”, fue el gran triunfador de la tarde. En ambos toros cubrió los tres tercios, destacando el extraordinario “Par Monumental”, que lo realizó con gran lucidez.

A su primero le cortó la oreja y al precioso berrendo en colorado, que hizo de quinto, le cuajó una faena completa coronada con un espadazo, lo que le valió el corte de dos apéndices.

Christian Aparicio dejó escapar el corte de orejas en su primero al pincharlo en tres ocasiones, y en el sexto no pudo hacer la faena, pues el toro se acabó muy pronto. Fue ovacionado en ambos.

El “Zapata” fue sacado en hombros al retirarse de la plaza.

“El Cid” corta dos orejas

El diestro Manuel Jesús “El Cid” salió a hombros en Guadalajara, España, al cortar dos orejas, una a cada toro de su lote, en una corrida muy deslucida por culpa del ganado, en la que tanto Julián López “El Juli” como Alejandro Talavante se fueron de vacío.

“El Juli” no tuvo la mínima opción con su primero, toro que se acabó prácticamente en el caballo, muy desfondado, y con el que al madrileño no le quedó otro remedio que abreviar.

“El Cid” tuvo en primer lugar el toro más potable del envío, noble y repetidor, al que cuajó de capote con bonitas verónicas sacando al animal a los medios, gustándose después con suaves delantales para poner en suerte en el caballo.

Lo único reseñable de la primera labor de Talavante fue un quite por lopezinas en el capote, y los estatuarios como prólogo de una faena que quedó en simple proyecto, dada la extrema flojedad del astado y el ánimo nulo de embestir.

El sexto tuvo algo más motor que sus herma- nos, y esta vez Talavante, muy despegado y sin acoplarse, fue el que falló.