Lunes, 13 de Octubre 2025
Deportes | Entró en el segundo tiempo a la cancha para tratar de rescatar el empate ante Pachuca

Omar Bravo, de espectador a bombero

El jugador entró en el segundo tiempo a la cancha para tratar de rescatar el empate ante Pachuca

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO (01/NOV/2015).- Matías Almeyda lo guardó para la gran final de Copa MX, en donde el título es una consigna a cumplir, por eso Omar Bravo lució tranquilo en la banca, esperando que Ángel Zaldivar y Michel Vázquez, cumplieran con la encomienda de guiar a Chivas al triunfo, ya que serían los delanteros nominales.
 
Bravo ha dicho que no le gustaría ser técnico, porque es un trabajo muy ingrato, ya que dependen de los resultados, que se inclinaba por ahora a trabajar en fuerzas básicas una vez que termine su carrera, pero por lo visto ante el Pachuca, va que vuela para ser estratega, porque grita, reclama y disfruta cada anotación como nadie.
 
Cuando el Pachuca marcó al minuto cuatro, Bravo solamente volteó a ver a sus compañeros y pegó dos gritos de apoyo a los suyos, al tiempo que le pidió a la media cancha, mayor concentración para la recuperación del balón lo más pronto posible.
 
Al 14', el goleador histórico rojiblanco saltó del banquillo para aplaudir a su compañero, volteó al cielo y cantó el tanto como suyo. Todavía no terminaba de festejar, cuando Vázquez marcó el tanto que ponía adelante al chiverío. Bravo volteó con Almeyda, ambos festejaron gritando el gol y Vázquez fue hasta donde el capitán, para fundirse en un abrazo.
 
Al caer el tercer tanto para el Guadalajara, segundo para Zaldivar en este encuentro, Bravo saltó de la banca como propulsado por un cohete, se abrazo con el cuerpo técnico, sonrió con sus compañeros y espero paciente a que el novato, a quien le ha dado  muchos consejos, llegara hasta su posición para abrazarlo.
 
Al 43', con todo el colmillo por su gran recorrido profesional, en vez de aventarle el esférico al rival para que sacara de manos, fue hasta donde se encontraba el Joaquín Martínez, con lo cual ganó unos segundos.
 
Cuando el silbante José Alfredo Peñaloza silbó el final del primer tiempo, Bravo corrió desde la banca a toda velocidad como si fuera por un balón al área para meter gol, pero no, fue a darle indicaciones al arquero Antonio Rodríguez.
 
En el medio tiempo dejó las poses, puso la muestra para calentar con todos los integrantes de la banca, y cuando la cuarteta de arbitral saltó al campo para el complemento, se dirigió directamente con Peñaloza, no sin antes saludar a todos, para desearles éxito en su trabajo. De alguna manera metió presión Bravo.
 
El de Sinaloa desde la imaginaría, mientras realizaba calentamiento con toda la banca, se llevó las palmas de la mano a la altura del pecho, ya que el tuzo cobraría un tiro libre, presentía algo y al final se cumplió, cayó el segundo del rival. Parecía león enjaulado el goleador, iba de un lado a otro en la zona de calentamiento.
 
Tres minutos más tarde, Bravo sufrió desde la banca, Pachuca estaba haciendo trizas a su equipo y no veía como equilibrarían. Cayó el del empate por conducto de Franco Jara y el delantero rojiblanco no veía el momento en que lo llamara su técnico, por más que volteó a buscarlo con la mirada, el argentino le daba la espalda.
 
Llegó el 67', penal claro del "Dedos" López que convirtió Jara de nueva cuenta y ya lo perdía el rojiblanco. Todavía no cobraba el del Pachuca, cuando ahora sí, Almeyda volteó con Bravo, había que rescatar mínimo el empate y metió al capitán al campo.
 
Cuatro minutos más tarde, Peñaloza se equivoca al marcar como penal un clavado de Vázquez, Bravo pidió el balón, con frialdad cobró a la derecha del "Conejo" Pérez y lo acertó, para poner el 4-4 en el marcador.
 
Al 79', Bravo tuvo en sus pies el tanto del triunfo, cuando en un mano a mano con el "Conejo", perdió la partida, quiso quitárselo y le robaron el balón, lo cual lamentó, porque fue una clara que los podría tener con muchas posibilidades de Liguilla; el empate de poco le sirve al "Rebaño" para este objetivo.
 
El sinaloense fue amonestado en los minutos finales por reclamar un penal y en cuanto silbó Peñaloza el final del cotejo,  el delantero le reclamó al abanderado Alberto Morín y al cuarto asistente Miguel Ángel Chacón, que no les marcaron un penal en la recta final.
 
En la banca, Bravo desquitó su coraje, hizo rabieta, aventó una bebida sobre el piso y camino al vestidor, algo se dijo con Jara. Tuvieron que retirar al jugador del tuzo, porque el rojiblanco estaba ardiendo en coraje.

EL INFORMADOR / ALEJANDRO RAMÍREZ

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