Pudo ser el héroe rojinegro, pero fue el héroe rojiblanco

GUADALAJARA, JALISCO (29/SEP/2013).- El segundo mejor goleador de la historia del Guadalajara, investido hoy de héroe rojinegro, pasó desapercibido en ese corto lapso en que salió a calentar y reingresó al vestidor. Apenas tres aficionados de las Chivas captaron su presencia e intentaron castigarlo con un débil "traidor" que el mochitense ni escuchó.

Pero apenas al minuto de juego, en la primera pelota que tocó, Omar entendió el partido que tenía sobre sus hombros, cuando escuchó el abucheo de esa afición que hace un año lo idolatraba.

En un lapso de ocho minutos, Bravo pudo enterrar a sus Chivas y poner en la gloria a sus Rojinegros.

Al minuto 48 estrelló en Michel un servicio al que llegó forzado, tras un desborde de Millar. Al '56, Ponchito González lo dejó frente al arquero del Guadalajara y Omar definió bien, levantando la pelota a la salida del portero, pero el esférico, caprichoso, salió demasiado cruzado.

El morbo se quedó con ganas de festejar el tanto de Bravo. Nadie sabrá nunca cómo hubiera cantado esa anotación.

Al minuto 71 lo retiraron de la cancha, por vez primera en el torneo. El abucheo fue monumental.

En enero regresará a ese estadio. Se despojará de la rojinegra para ponerse de nuevo la rojiblanca. En su foja de trabajo dirá que no le marcó a las Chivas con la camiseta del archirrival.

EL INFORMADOR/ MARIO  VALDEZ