Centro del Software, donde las empresas pierden la rivalidad

GUADALAJARA, JALISCO (14/MAY/2013).- Sus manos compiten con sus pies: pretenden terminar el nudo de la corbata antes de que sus pasos lleguen a la entrada del Centro del Software. Juan Rocha ahí trabaja, en una de las 42 empresas que integran ese espacio para el desarrollo tecnológico y para el compartimiento de proyectos: esa es la mayor característica del Centro del Software.
 
Cuando da un suspiro para aliviar que ha llegado a las 8:00 de la mañana en punto a la oficina, un colega ingeniero lo intercepta y lo saluda en inglés. Él compañero es de la India y vino a trabajar a la compañía cuyas oficinas están a un lado de donde labora Juan Rocha. Gastan 10 minutos en platicar en un lenguaje para oídos entrenados, en la que se escapan frases en inglés que se complementan con expresiones en español, y al revés. Se ponen de acuerdo para un asunto de negocios, para personalizar un proyecto que pide un cliente y dividirse el trabajo según el perfil de su empresa. De eso se trata el "ecosistema de tecnologías de la información en Jalisco".
 
Las gesticulaciones de Juan Rocha y su colega de la India, al negociar que una empresa le ofrecerá al cliente un software para recibir pagos en línea y la otra una campaña de publicidad en redes sociales, se ven a través del cristal de la oficina donde Adrián Lira Beltrán, director de Operaciones del Ijalti (Instituto Jalisciense de Tecnologías de la Información), explica que la mayor bondad de este parque tecnológico es que las empresas no se ven como competencia, sino como complementarias y atienden, según su especialidad, la parte del proyecto que pide el cliente.
 
El Ijalti administra el Centro del Software desde su inauguración en 2006; la labor del Instituto es propiciar las condiciones para que las empresas que contratan a ingenieros como a Juan Rocha o su compañero traído de la India se instalen en Jalisco y desde aquí desarrollen la tecnología, explica Adrián Lira mientras por el cristal que amuralla la oficina ve cómo se despide Juan Rocha de su compañero y cómo pasa a un par de jóvenes con barba larga y pantalones de mezclilla, empleados de otra corporativo.
 
Los perfiles de quienes trabajan en el Centro del Software son tan variados como las empresas que los contratan y las actividades que realizan: diseñadores, programadores, economistas, mercadólogos y más profesionistas que comparten los 10 mil 492 metros cuadrados de parque tecnológico, y cuando es necesario, los proyectos de los clientes. Son cerca de 850 personas empleadas, inició con 350 cuando el Gobierno Estatal inyectó 60 millones de pesos, ahora el Centro del Software es autosustentable.  
 
Juan Rocha trabaja en una empresa dedicada a hacer pruebas de software; ahí hay otras que lo desarrollan, algunas se dedican a la microelectrónica, a las telecomunicaciones, a la capacitación de programadores, o a crear videojuegos. Los productos y servicios se quedan en México y también se trabaja para clientes extranjeros, de todo el mundo. Las empresas instaladas en el parque tecnológico son mayoritariamente mexicanas, alrededor de 15% son de Estados Unidos. El futuro que se espera de las compañías que laboran en este espacio es que pasen de trabajar en un grupo horizontal de industria a uno vertical de negocio. Esto quiere decir que por cada proyecto las distintas empresas habrán de desarrollar los productos según su nicho de mercado, todas regidas por un tema.  
 
A las 21:00 horas la vida en los pasillos del Centro del Software se apacigua. Juan Rocha, su compañero de la India y la mayoría de los trabajadores ya no están. Los juguetes que tienen las empresas para que sus empleados tengan momentos de distracción, reposan. No es que se cierre el lugar, hay compañías que trabajan las 24 horas o que tienen clientes al otro lado del mundo y deben producir según tal uso horario, pero son las menos.
 
EL INFORMADOR / ALEJANDRA PEDROZA