El cine envolvente de Nicholas Sparks

GUADALAJARA, JALISCO (27/NOV/2013).- ¿Le suena el nombre de Nicholas Sparks? No es un actor famoso, ni director en la Meca del Cine.

Probablemente su rostro no adorne nunca un anuncio espectacular, y es raro verlo aparecer en la televisión. Pero si no lo conoce en persona, seguro ha tenido contacto con su obra. Cada palabra que anota este escritor estadounidense se ha terminado volviendo en un fenómeno de ventas. Y siete de sus libros terminaron mutando en películas de enorme éxito.

La carrera de Sparks podrá encontrarse en la cima, pero no puede olvidar que para llegar hasta ese punto, tuvo que sufrir varios reveses. Intentó estudiar leyes a mediados de la década de los años ochenta, y en dos ocasiones, fue rechazado por la universidad. Nicholas entonces se desempeñó como vendedor de productos dentales por teléfono, mesero, vendedor de bienes raíces. En 1993, mientras vendía productos farmacéuticos (no se podrá decir que no era emprendedor), comenzó a escribir su primer libro: The notebook.

Algo había en su estilo que encantó a los lectores casuales, y llamó la atención de la crítica. The notebook, una historia de amor entre un hombre y una mujer, desde la adolescencia hasta la vejez (que terminó siendo llevada al cine con el título El diario de Noa).

A partir de ese instante, su carrera se catapulto. De 17 novelas que ha redactado, siete se adaptaron a la pantalla grande, todas con éxito, y conservando el aire casual que imprime en cada historia, mismas que por lo regular apelan al romance, los desencuentros y la fidelidad como bases para construir su argumento.

El método de Sparks no apela a lo extraño o peculiar. Para él, es esencial el contacto con la gente para darle forma a la historia. "Escribo sobre las cosas que ocurren en mi vida, de la gente que conozco, de artículos leo o conversaciones que tengo".

"Lo más complicado en toda historia es plantear el conflicto, lo que va a mantener separados a los protagonistas. He aprendido a tener la mente abierta a cualquier idea", afirmó hace poco, en entrevista para el sitio de internet cliffsnotes.com.

Para saber más

Las manos quietas

Nicholas Sparks no se mete en camisa de once varas. Le encanta escribir, y le halaga la idea de que sus textos se conviertan en películas, pero eso no lo hace sentir la necesidad de explorar más a fondo el séptimo arte.
 
"Generalmente, sólo me involucro en el proceso editorial de la película, con el borrador del guión".

"A veces visito el set de la cinta, y me paseo por la alfombra roja para promoverla, pero no más. No me meto en la elección de actores, presupuesto, dirección o edición. A veces ayudo en la adaptación del guión, pero no más".

EL INFORMADOR / FRANCISCO GONZÁLEZ