Emmanuel defiende la fiesta brava

CIUDAD DE MÉXICO (17/DIC/2011).- El cantante Emmanuel agarra el toro por los cuernos cuando se refiere a los proyectos de ley que hay en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) y en algunos estados de la República con intención a prohibir la fiesta brava.

El intérprete, quien antes de dedicarse a la música tenía la inquietud de ser torero señala: “Es una locura porque están imitando a una provincia de España (Cataluña) que se quiere separar. Quitar los toros allá tiene una connotación totalmente política, y aquí también se puede volver política por una cuestión de votaciones. Es algo ridículo y fuera de lugar. En Cataluña prohibieron las corridas invocando la defensa del animal, pero lo que quieren minar realmente es una raíz hispánica. Ellos siguen teniendo el ‘toro de pau’, donde amarran al animal, lo lancean y lo matan entre todos; ahí no existe tal protección. ¿verdad?”.

El intérprete y compositor acepta que su posición en este tema es sui géneris porque es un hombre público preocupado por la ecología: “Me dedico al medio ambiente, me encantan los animales y me gustaría que esta raza siguiera viva. Los toros de lidia no contaminan el agua, ni la tierra, ni el aire”.

El domingo pasado, en la monumental Plaza México, Diego Silveti le brindó a Emmanuel la lidia del toro Charro Cantor, al que el hijo del Rey David le cortó el rabo. El cantante describe así esa experiencia: “Me han brindado muchos toros, pero este triunfo de Diego tiene un significado muy grande. A este chaval lo conocí desde que nació, y es muy buen amigo de mi hijo Alexander, una amistad parecida a la que tuve con David, quien fue como un hermano para mí”.

Habla la nostalgia
Emmanuel recuerda cómo se aficionó a esta fiesta: “Yo nací en casa de una figura del toreo. Mi padre, Rovira, alguna vez se encerró con seis toros en Madrid y mató de seis estocadas. Salió en hombros y lo pasearon toda la noche por la ciudad; desde entonces prohibieron ahí las salidas en hombros (ríe). Fue el torero latinoamericano que más veces salió en hombros de esa plaza”.

El intérprete de La chica de humo, comparte que siguió los pasos de su papá y toreó 80 novilladas en España, pero antes de tomar la alternativa como matador “un toro me quebró las rodillas y me aventé tres años en hospitales; finalmente los médicos me dijeron que me olvidara de torear”.

Se recuerda como un novillero “de genio, de inspiración, me gustaba desarrollar el arte”; aunque también era acertado con la espada. Afirma que realizó grandes faenas y recuerda especialmente una salida en hombros hasta el hotel en Zaragoza.

Al preguntarle cómo era el miedo de enfrentar novillos de 400 kilos en España, responde: “Por supuesto que se siente, pero lo tienes que superar con valor. Es como la pasión, un caballo desbocado en el que tú tienes que llevar las riendas”.