George Clooney encanta a la crítica

GUADALAJARA, JALISCO (02/FEB/2012).- Apenas en 2005 George Clooney consiguió encantar a la Academia de Hollywood con su trabajo en Syriana al hacerse en la entrega del Oscar de 2006 de la primera y hasta hoy única estatuilla como Mejor actor de reparto, en un thriller en el que compartió escena con Matt Damon, y curiosamente en ese entonces también se estrenó como director en la cinta Buenas noches, y buena suerte, producción con la que llegó a la ceremonia con seis nominaciones.

Desde entonces, y luego de conseguir una nominación con el filme Amor sin escalas (2009), el nombre de George Clooney no había estado tan presente como ahora, momento en el que busca hacerse de un premio de la Academia el próximo 26 de febrero en el Teatro Kodak de la ciudad de Los Ángeles, ya sea que gane como Mejor guión adaptado por la quinta película que dirige, Poder y traición, o que sea nombrado Mejor actor por lo realizado en Los descendientes, pieza audiovisual que se estrena mañana en nuestro país, luego de haberlo hecho en Estados Unidos con una buena respuesta del público.

La prensa norteamericana recién lo premió como Mejor actor por dicha película en los Globos de Oro, y además la producción se coronó como Mejor película, mientras que este fin de semana éste mismo filme medirá su poder en los Bafta, premios considerados como los Oscar británicos.

Sin embargo, la realidad es que para que el actor no será sencillo triunfar en la Academia (aunque también es cierto que se pueden dar sorpresas), tanto en la terna de Mejor actor como en la de Mejor película.  

A Hollywood le gusta premiar los dramas, pues difícilmente una cinta de comedia es considerada como la máxima ganadora, y no obstante que Los descendientes es un drama (aunque también echa mano del humor) tiene pocas posibilidades reales de llevarse la noche debido a la fuerte competencia que representan producciones como La invención de Hugo Cabret o El artista, por mencionar sólo algunas.

En una entrevista realizada por ww.zimbio.com, en noviembre pasado, el también protagonista de Amor sin escalas aseguró que el hecho de estar presente en la cartelera con dos trabajos no significa que esté interesado en que la crítica lo premie. “Resulta muy extraño pensar en la competencia cuando se trabaja en lo que consideras arte. Obviamente nos gustaría que las dos cintas (Poder y traición y Los descendientes) gusten, porque hacemos filmes que nos gustaría ver, y eso no resulta fácil de conseguir, pero al final del día lo que menos importa es competir con otros, cuando trabajo no pienso en la competencia, no es así”.

Más allá de los reconocimientos
Pero más allá de los reconocimientos de la crítica habría que decir que Los descendientes tiene los elementos necesarios para enganchar al público sin que éste sufra tanto por lo que le sucede a una familia que vive en un paradisiaco lugar rodeado de mar, palmeras y buen clima.  

Los King, herederos de una enorme propiedad ideal para levantar un complejo turístico y que está a punto de venderse, vive sin preocupaciones económicas, pero parece no existir la comunicación, y es el accidente de la esposa del personaje de Clooney lo que destapa la caja de Pandora.

La crisis devastadora que se avecina en los primeros minutos de la cinta vislumbra un relato muy humano, cuestión que a decir del propio Clooney fue lo que más llamó la atención. “El personaje me pareció todo un reto, y éste comenzó desde que decidí ponerme a la orden de la historia y me resultó complicado desde el momento en que la historia arranca con la muerte de su esposa”.

Alexander Payne, el director, toma a Hawai como el perfecto contraste entre el paraíso y el infierno que está por venir, la falta de comunicación entre los integrantes es apenas la punta del iceberg que lleva al espectador por un camino espinoso pero agradable al mismo tiempo y en el que también cabe la comedia. La profundidad,  por cierto, fue uno de los elementos que convenció a Clooney y la oportunidad de mostrar un balance entre las emociones, para de esa manera invitar a que el espectador reflexione de la mano de buenos momentos, pues como reza uno de los diálogos “todo tiene su tiempo”, y precisamente será cuestión de tiempo lo que se necesite para saber si tanto el público como la crítica (este 26 de febrero) considera que el trabajo del actor y director rendirá más frutos.

Mensajes constructivos
Reflexión sin agobio
Los dramas ligeros buscan en el espectador un sentido de reflexión, sin necesidad de ser crudos abordan temáticas actuales, problemas tan reales en los que se ven sumergidos las personas comunes pero con un reflejo de introspección. En Los descendientes una familia disfuncional afronta el accidente del pilar más importante, la madre, y cómo a partir del suceso se crean lazos más estrechos.

El cine apuesta por películas con mensaje constructivo y hay claros ejemplos de lo que se ha venido haciendo en los últimos años en cintas como Pequeña Miss Sunshine, Juno y Un pedacito de cielo.

Amor incondicional
Pequeña Miss Sunshine (2006) muestra los deseos de una niña Olive (Abigail Breslin) por ser parte de un concurso de belleza y cómo consigue ser acompañada por su familia disfuncional a la competencia a bordo de una camioneta. En el transcurso se dará una catarsis y se podrán ver los problemas emocionales que los aquejan. Steve Carell, Toni Collette, Greg Kinnear,  Paul Dano y Alan Arkin participan en este drama con toques de comedia.

La madre de Olive (Collette) es una agobiada ama de casa, su hermano depresivo (Carell) vive con ellos, el abuelo (Arkin) es expulsado del asilo, el padre  desea ser un motivador profesional y el hijo mayor ha jurado no hablar hasta convertirse en un piloto de pruebas; pese a sus conflictos internos esta atípica parentela sale a cumplir el sueño de la pequeña, una niña regordeta que tiene pocas posibilidades de ganar, pero el apoyo incondicional será suficiente para que la jovencita se sienta inspirada.

El dilema de una adolescente
Ellen Page interpreta a Juno, una estudiante de 16 años  que se descubre embarazada de su amigo (Michael Cera).  La chica se enfrenta a una gran disyuntiva, pues es muy joven para hacerse cargo de un bebé y en el proceso debe decidir si entregar a su hijo a una familia que quiere adoptar.

Juno y su amigo comienzan a entablar una relación más que amistosa y la pareja que quiere adoptar, Mark y Vanessa (Jason Bateman y Jennifer Garner) descubre que tal vez no es capaz de hacerse cargo de un hijo. Aunque levantó polémica durante su estreno en 2007, la película mantuvo la comedia ligera de su lado y permitió ser un drama de reflexión, al dejar que el espectador analice los problemas que genera la falta de comunicación en la familia y la gama de sentimientos que presenta una joven cuando se encuentra en la etapa de la adolescencia.

El valor de la vida
Un pedacito de cielo, que recién se estrenó en la cartelera mexicana, aborda la historia de una mujer que sufre de cáncer de colon. Marley (Kate Hudson) es independiente y exitosa, pero mantiene una relación fría y distante con su familia, sin embargo la enfermedad la hará valorar lo importante que resulta el apoyo de sus seres cercanos.

Marley y su madre (Kathy Bates) tienen momentos de acercamiento para limar asperezas, y en el transcurso de la enfermedad, la joven descubre que no todo está perdido. Aunque la película muestra el serio problema del cáncer, la comedia que se imprime en el drama sirve para que el público digiera mejor el proceso por el que pasan las personas aquejadas por este mal. También participa Gael García como el doctor y enamorado de Marley, quien da ánimos a la joven hasta el último momento. La cinta refleja además cómo cada uno de los otros personajes vive el proceso para afrontar la pérdida.

EL INFORMADOR/ ALTAGRACIA LIZARDO MEDINA y ENRIQUE ESPARAZA