George Clooney transita por lo absurdo

LOS ANGELES, ESTADOS UNIDOS.- Humor, absurdo en muchos momentos, ironía, crítica y personajes que rayan en lo bizarro. Eso es lo que ofrece The men who stare at goats, la reciente comedia en la que se ha embarcado George Clooney, acompañado de nombres como Ewan McGregor, Kevin Spacey y Jeff Bridges.

El actor Grant Heslov rodeó de nombres solventes y conocidos para su segunda incursión como realizador, en la que ha llevado a la gran pantalla el libro del mismo título del británico Jon Ronson basado en las teorías psicológicas aplicadas por el ejército estadounidense en la era posterior a la guerra de Vietnam. La cinta ha sido calificada por la crítica como una comedia alocada que lanza una burla directa a la guerra y a las estructuras militares, llena de cinismo e ironía.

La historia está ambientada en Iraq tras la caída de Sadam Hussein y cuenta los descubrimientos de Ronson (interpretado por McGregor en el filme), que develó los experimentos sobre cuestiones paranormales realizados en el Ejército estadounidense.

En su libro, Ronson apunta a que esa corriente espiritual ha servido de inspiración de las modernas técnicas de tortura utilizadas en las prisiones de Guantánamo y Abu Ghraib.

Con situaciones absurdas como pocas y personajes tan irreales que resultan creíbles, Heslov construye una película que se sostiene por la vena cómica y bromista de sus intérpretes.

Frente a la aparente seriedad del personaje de McGregor (el único que no es militar), los de Clooney, Spacey y Bridges superan todos los límites de la normalidad y entran directamente en el territorio de la influencia del LSD.
Un ejemplo: la técnica de los “ojos brillantes” con la que Clooney (que encarna a Lynn Cassady) asegura controlar cualquier situación, siguiendo las enseñanzas de su “gurú”, el aún más surrealista Bill Django (Bridges), expulsado por el ejército por sus técnicas poco ortodoxas y recuperado para los experimentos psicológicos.