Lunes, 17 de Noviembre 2025
Internacional | Momento histórico marcado por la crisis

Cristina muestra cambios ante reelección

Con el mandato que iniciará el próximo día 10, el kirchnerismo sumará 12 años en el poder

Por: NTX

La mandataria argentina tendrá un gran reto en la negociación del aumento salarial del próximo año. AP  /

La mandataria argentina tendrá un gran reto en la negociación del aumento salarial del próximo año. AP /

BUENOS AIRES (05/DIC/2011).- La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, iniciará dentro de una semana su segundo Gobierno, en el que modificará políticas y aliados, tal y como ha anticipado desde que ganó la reelección el pasado 23 de octubre.

El próximo 10 de diciembre, Fernández jurará ante el Congreso el nuevo mandato para el que fue electa con 54% de los votos, lo que le permitirá gobernar hasta 2015 en un momento histórico marcado por la crisis económica internacional.

La mandataria encabezará, además, el periodo de Gobierno más prolongado de la historia argentina para un solo movimiento político, pues el kirchnerismo iniciado en 2003 por su fallecido esposo y antecesor, Néstor Kirchner, sumará 12 años en el poder.

Fernández enfrentará su segundo mandato fortalecida por el arrasador respaldo social logrado en las elecciones de octubre anterior y en una posición inmejorable, ya que cuenta con mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado.

En medio de ese escenario, aún antes de tomar posesión para su segundo mandato, la presidenta argentina comenzó a mostrar señales de cambios, sobre todo en la estratégica área económica.

Desde el mes pasado, el Gobierno comenzó la reducción de los subsidios de servicios públicos que fueron duramente criticados durante una década porque beneficiaban por igual a ricos y pobres y ampliaban la inequidad que ha marcado a este país.

En aras de reforzar su publicitada política redistributiva, Fernández ordenó el inicio de una quita de subsidios que, hasta ahora, ya suma más de mil millones de dólares y que se ampliará en los próximos meses.

Además, puso en marcha un programa para frenar la fuga de capitales, ya que tan sólo durante este año fueron sacados del país sudamericano 18 mil 350 millones de dólares.

Aunque los nuevos controles a la compra de dólares fueron cuestionados en un principio, lograron detener una fuga que afecta la estabilidad de una economía que ha logrado un crecimiento sostenido de 8% anual en los últimos ocho años.

En el plano político, el cambio más radical fue el alejamiento de la jefa de Estado con el líder de la poderosa Central General de Trabajadores (CGT), Hugo Moyano, un ex aliado que maneja a 3.5 millones de afiliados.

La tensa relación con Moyano, que ya anticipó una dura pelea con el Gobierno en la negociación de aumentos salariales durante 2012, ha desatado un clima de incertidumbre sobre la capacidad que tendrá el Gobierno de evitar huelgas generales.

Lo que despierta más expectativas en lo inmediato son los cambios de gabinete que esta misma semana deberá dar a conocer la presidenta Fernández, ya que por lo menos cuatro de sus ministros ingresarán al Congreso.

Con su nuevo equipo de trabajo ya definido, sobre todo en el Ministerio de Economía, habrá ya más claridad sobre el rumbo que la presidenta Fernández le dará a su segundo mandato consecutivo.

Claves
Se aleja de trabajadores

1
Se mantiene distanciada con la Confederación General del Trabajo, central que agrupa a 3.5 millones de obreros.

2 Rechazó una propuesta de ley que pretendía obligar a las empresas a repartir sus ganancias entre los trabajadores.

3 Argentina ha crecido a razón de 8% anual durante los últimos ocho años, sólo que también se ha incrementado notablemente el costo de vida, lo que lo ubica como uno de los países latinoamericanos con mayor inflación.

4 La mandataria argentina basará primordialmente el aliento al consumo interno y la obra pública, pero prevé quitar subsidios a grandes empresas y para los segmentos más altos.

Modelo económico austero
Una incógnita, el nuevo periodo gubernamental

BUENOS AIRES.-
La presidenta argentina, Cristina Fernández, está a una semana de asumir su segundo mandato, el sábado próximo, en medio de conjeturas sobre los miembros que integrarán su Gobierno y con la certeza de que se propone mantener el modelo económico aunque con mayor austeridad fiscal.

Mientras se afinan detalles organizativos, la principal incógnita es quién ocupará el Ministerio de Economía en sustitución de Amado Boudou, que ejercerá el cargo de vicepresidente de la nación.

Fernández, la primera mujer de América elegida por las urnas para un segundo mandato consecutivo, no ha dado ninguna pista y se presume que no habrá cambios significativos en las otras 15 carteras que conforman el gabinete del Gobierno.

En los círculos políticos se comenta el tajante rechazo del oficialismo a que el vicepresidente saliente, Julio Cobos, en su condición de presidente del Senado, tome juramento a la mandataria, como marca la Constitución.

En junio de 2008, Cobos se convirtió en el primer vicepresidente que se desmarcó de su Gobierno al desempatar con su voto a favor del rechazo de las patronales agropecuarias a un proyecto oficial de impuestos móviles a la exportación de granos, lo que le valió el mote de “traidor”.

Cobos reclama que se le pida formalmente que no acuda a la ceremonia de toma de posesión presidencial, como le han sugerido varios dirigentes oficialistas con el fin de que sea la presidenta provisional del Senado, Beatriz Rojkés, quien tome juramento a Fernández.

De momento se desconoce cómo se resolverá este entuerto, que no ha merecido comentario alguno por parte de la jefa del Estado, cuyo silencio también da pie a conjeturas de la prensa sobre quién ocupará tal o cual cartera.

Hasta ahora, han confirmado su asistencia a la toma de posesión de Fernández el príncipe español Felipe de Borbón y los presidentes de Brasil, Ecuador, Guatemala y Venezuela, mientras que se da por descontada la presencia de los mandatarios de Bolivia, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay, entre otros.

En estos días, Fernández ha dado señales claras de que se propone mantener el modelo de crecimiento económico basado en el aliento al consumo interno y la obra pública, pero con una “sintonía fina” que supone la quita de subsidios a grandes empresas y para las capas más altas de la población.

Ha retado a los empresarios que reclaman una mayor devaluación del peso frente al dólar y en general les ha pedido que inviertan más y que hagan un “ajuste” de sus costos para evitar alzas.     

EFE

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