Domingo, 02 de Noviembre 2025
Internacional | Al concluir su visita, Benedicto XVI condena además el embargo estadounidense

El Papa aboga por libertades fundamentales en Cuba

Al concluir su visita en la isla, Benedicto XVI condena además el embargo estadounidense

Por: AFP

Cubanos despiden a Benedicto XVI en su último recorrido antes de partir de la isla. AP  /

Cubanos despiden a Benedicto XVI en su último recorrido antes de partir de la isla. AP /

LA HABANA, CUBA (28/MAR/2012).- El Papa Benedicto XVI pidió este miércoles a  las autoridades cubanas respetar el ejercicio pleno de las "libertades  fundamentales" de los cubanos y condenó el embargo estadounidense contra la  isla, antes de irse de La Habana, donde habló con el ex presidente Fidel Castro  y ofició una misa pública.

Al destacar en su discurso de despedida en el aeropuerto de La Habana la  necesidad de "cimentar una sociedad de amplios horizontes, renovada y  reconciliada", el Papa declaró: "Que nadie se vea impedido de sumarse a esta  apasionante tarea por la limitación de sus libertades fundamentales".

A su llamado a respetar las libertades siguió una condena al embargo  impuesto por Estados Unidos a Cuba hace medio siglo.

La situación en Cuba "se ve agravada cuando medidas económicas restrictivas  impuestas desde fuera del país pesan negativamente sobre la población", dijo el  Papa en presencia del presidente cubano Raúl Castro antes de abordar, bajo la  lluvia, el avión para regresar a Roma, que despegó hacia las 17H40 locales  (22H40 GMT).

"La hora presente reclama de forma apremiante que en la convivencia humana,  nacional e internacional, se destierren posiciones inamovibles y los puntos de  vista unilaterales, remarcó el papa, en un llamado indirecto a Estados Unidos y  Cuba a dialogar.

Al despedirlo Raúl Castro dijo al Papa: "Santidad, hemos encontrado muchas  y profundas coincidencias, aunque como es natural, no pensemos lo mismo sobre  todas las cuestiones".

Previamente, se reunió con el ex presidente Fidel Castro. Esta fue la primera entrevista entre el líder comunista, de 85 años, y el Papa alemán, de 84, que combatió a la teología de la liberación, una corriente  de la Iglesia latinoamericana que profesa la "opción preferencial por los  pobres".

Muchos de sus seguidores, sacerdotes y laicos, se integraron en los  grupos guerrilleros apoyados por La Habana, en las décadas del 70 y del 80.

Fidel Castro se había reunido dos veces con Juan Pablo II, en 1996 en el  Vaticano, y luego en su histórica visita a Cuba, en 1998.

Antes de ese encuentro, Benedicto XVI ofició una misa ante  unas 300 mil personas --según estimación del Vaticano-- en la Plaza de la  Revolución, en la que llamó a "seguir adelante" con la libertad religiosa en  Cuba.

"Es de reconocer con alegría que en Cuba se han ido dando pasos para que la  Iglesia lleve a cabo su misión insoslayable de expresar pública y abiertamente  su fe", dijo en su homilía, en presencia de Raúl Castro, el canciller Bruno  Rodríguez y la jerarquía católica cubana.

"Para poder ejercer esta tarea, (la Iglesia) ha de contar con la esencial  libertad religiosa", dijo. El Estado cubano era ateo hasta 1991, ahora es laico.

"Es preciso seguir adelante, y deseo animar a las instancias  gubernamentales de la nación a reforzar lo ya alcanzado y a avanzar por este  camino de genuino servicio al bien común de toda la sociedad cubana", añadió el  Papa en la Plaza, sitio de grandes manifestaciones comunistas.

En 1998, en ese mismo lugar y en presencia de Fidel Castro, Juan Pablo II,  el único Papa que visitó la isla antes de Benedicto, celebró una histórica misa  con un millón de asistentes, en que pidió que "Cuba se abra al mundo para que  el mundo se abra a Cuba". Esa visita marcó el deshielo en las relaciones  Iglesia-Estado.

Benedicto XVI fue escuchado bajo el sol radiante de la mañana por  católicos, comunistas, ateos y adeptos a la santería, rito afrocubano que  mezcla el espiritualismo africano con el catolicismo.

El cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, hizo un llamado por la  "paz y la reconciliación" entre los cubanos en la misa, a la que en un hecho  inédito asistieron cientos de peregrinos cubanos procedentes de Miami, bastión  del anticastrismo.

Benedicto XVI se reunió el martes en privado durante 40 minutos con Raúl  Castro, unas horas después que un alto funcionario afirmara que "no va a haber  una reforma política" en Cuba y un día después de que el Papa llamara a los  cubanos a construir "una sociedad abierta y renovada".

En ese encuentro privado, el Papa pidió a Raúl Castro un mayor espacio para  la Iglesia y sugirió que el Viernes Santo, día de la crucifixión de Cristo, sea  feriado en la isla. Juan Pablo II obtuvo de Fidel Castro que el día de Navidad  fuera declarado festivo.

Los opositores denunciaron al menos 150 arrestos para evitar protestas  durante la visita del Papa, lo que fue criticado por Amnistía Internacional.

El Vaticano no programó ninguna reunión con disidentes ni familiares de  presos políticos, una gran decepción para los círculos opositores.

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