Fieles chiítas son blanco en Medio Oriente

KERBALA, IRAQ/KARACHI, PAKISTÁN.- Una jornada de violencia sectaria cobró la vida decenas de iraquíes y pakistaníes cuando atentados contra peregrinos sunitas sacudieron la relativa calma de Kerbala y Karachi.

Uno de los atentados mató a por lo menos 41 personas en Kerbala, en el último día de una peregrinación a esa ciudad santa del chiismo, situada a 110 kilómetros al sur de Bagdad.

Las víctimas visitaban la mezquita del Imán Hussein, el último y más importante día de la festividad del Arbaeen, cuando fueron blanco de dos ataques.

La Policía informó que se trató de un doble atentado suicida cometido con coches llenos de explosivos detonados a cada costado de un puente a través del cual transitan los peregrinos para ingresar o salir de la ciudad.

Autoridades provinciales atribuyeron los ataques a la red Al Qaeda, apoyada por el proscrito partido Baath del hoy extinto ex presidente iraquí Saddam Hussein, pero ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad.

Los peregrinos, vestidos de negro y llevando estandartes del mismo color con la imagen de Hussein, desfilaron en procesión golpeándose el pecho o la cabeza en señal de arrepentimiento por no haber ayudado al nieto de Mahoma, muerto en 680 por las tropas del califa omeya Yazid.

En Pakistán, la historia era similar. Dos kamikazes cargados de explosivos y a bordo de motocicletas atacaron en Karachi un autobús de chiítas, matando a 22 personas.

El segundo de los atentados ocurrió frente un hospital que atendía a las víctimas del primer ataque dirigido contra creyentes musulmanes chiítas.

El ataque contra el hospital Jinnah se produjo en la entrada de la sala de urgencias, donde eran atendidos los heridos del primer atentado, indicó Jameel Sooro, portavoz del Gobierno de la provincia de Sindh, cuya capital es Karachi.

Los atentados, cometidos en la capital financiera de Pakistán, de 16 millones de habitantes, se inscriben en una ola de ataques terroristas de insurgentes islamitas en todo el país.