La ONU, en riesgo de perder credibilidad: Le Monde

PARIS, FRANCIA (19/JUL/2012).- La diplomacia ha sido impotente ante la crisis siria, ya que algunos países actúan para preservar sus propios intereses, negando con ello la razón de ser de la ONU, que es evitar la guerra y proteger a los civiles, fustigó hoy el diario Le Monde.

En su editorial "El fracaso amargo de la diplomacia de la ONU en Siria", el rotativo lamentó que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) discuta el asunto de manera interminable mientras Damasco se quema.

El periódico de mayor circulación en Francia reflexionó que las decisiones internacionales adoptadas a lo largo de 16 meses de conflicto en Siria "han marcado a ese país como nunca antes":

Una guerra, desatada tras semanas de protestas pacíficas; y una parte creciente de la oposición que se ha resignado ante el estallido de la violencia (asesinatos, torturas, mutilaciones) orquestada por el régimen del presidente Bashar al-Assad.

Incapaz de reformarse, al-Assad eligió la guerra contra su pueblo, "sin duda por atavismo familiar" ya que era un adolescente cuando su padre "apagó con sangre" una creciente oposición nacida en la ciudad de Hama, en 1982.

"Por orgullo también" convencido de ser del mismo hierro que su padre quien gobernó durante 30 años al país, aunque ahora "la trampa se cierra sobre él" porque el conflicto está provocando una lenta pero persistente hemorragia con numerosas deserciones ya.

Otros jugadores igual eligieron las armas, convencidos de que Damasco resistiría a toda forma de mediación o intervención internacional, otros siguiendo la lógica de preservar sus intereses, cada vez más contradictoria con lo que debería ser "su línea".

Rusia sigue el suministro de armas al ejército sirio, mientras Arabia Saudita, Qatar y Turquía apoyan económica y militarmente a la oposición armada, sin que se conozca con precisión la amplitud de esos apoyos.

Para Le Monde, tal conjunción no deja lugar para la diplomacia, por lo que la misión del enviado especial Kofi Annan y el despliegue de observadores de la ONU no tienen otro significado que "el apósito de la impotencia principalmente occidental".

"Todo ello niega los principios y la razón de ser de la ONU, todo ello conduce a la pérdida de la credibilidad de la institución", concluyó.