Lunes, 13 de Octubre 2025
Internacional | Unas 50 mil personas se manifestaron de forma pacífica en Belo Horizonte

Los sindicatos ratifican protesta para el 11 de julio

Unas 50 mil personas se manifestaron de forma pacífica en Belo Horizonte, donde grupos de vándalos se enfrentaron a la Policía

Por: EL INFORMADOR

La mandataria Dilma Rousseff (derecha) se reunió con líderes sindicales para saber su opinión sobre la inconformidad de la población. AP /

La mandataria Dilma Rousseff (derecha) se reunió con líderes sindicales para saber su opinión sobre la inconformidad de la población. AP /

BRASILIA / BELO HORIZONTE, BRAISL (27/JUN/2013).- Mientras en Brasilia la presidenta Dilma Rousseff dialogaba con los sindicatos, que mantuvieron su postura de hacer una gran protesta el 11 de julio, en Belo Horizonte, los violentos aprovecharon las marchas pacíficas para hacerse notar. Y ayer lo hicieron durante el partido en que Brasil avanzó a la final de la Copa Confederaciones. El saldo fue de 25 detenidos y ocho heridos.

Brasil es escenario de protestas desde el 12 de junio, cuando en Sao Paulo el Movimiento Pase Libre organizó la primera manifestación para expresar su rechazo al alza en el transporte público. Uno de sus líderes, Caio Martins, señaló que aprovechaban los ojos del mundo en la Copa Confederaciones para hacer eco a sus demandas. Sin embargo, otros brasileños “indignados” por los gastos en estadios mundialistas sumaron sus causas a las manifestaciones para exigir mejoras en salud, educación, combate a la corrupción, etcétera. Incluso, los sindicatos han aprovechado el envión del descontento nacional para hacer reivindicaciones.

En  la capital del país los dirigentes de la Central Única de Trabajadores (CUT), de Fuerza Sindical y otras organizaciones, explicaron que durante la reunión con Rousseff se hizo un análisis de la situación generada por las manifestaciones que desde hace dos semanas estremecen al país.

Sin embargo, el presidente de Fuerza Sindical, Paulo Pereira da Silva, dijo que la mandataria declinó conversar sobre las demandas que plantean los sindicatos. “Simplemente la presidenta escuchó a los sindicatos, se levantó y se fue” pues alegó que tenía otro compromiso.

El presidente de la CUT, Vagner Freitas, por su parte explicó que la reunión con Rousseff “no había sido convocada para discutir las pautas de los trabajadores”, sino para “analizar el actual momento político del país”.

Sin embargo, los focos rojos estuvieron en Belo Horizonte, sede del partido semifinal entre Brasil y Uruguay. Ahí, los actos vandálicos tuvieron lugar cerca del estadio de futbol de Mineirão, en la capital del Estado de Minas Gerais, donde decenas de violentos asaltaron e incendiaron una concesionaria de autos y otros dos edificios. En grupos, algunos con la cabeza cubierta y provistos de máscaras antigás, los radicales saquearon otras tiendas y departamentos, y prendieron hogueras en las calles.

A diferencia de las anteriores manifestaciones contra el gobierno de Rousseff, esta vez los grupos radicales agredieron a la Policía, que estimó que en la marcha hubo unos 50 mil habitantes, que realizaron  su protesta de manera pacífica.

Los enfrentamientos en Belo Horizonte con las fuerzas del orden ya habían sido considerados días atrás por la misma Policía que esperaba la llegada de grupos violentos de Sao Paulo, Río de Janeiro y Río Grande del Sur, como alertaron los servicios secretos.

ANÁLISIS

''Central do Brasil''

Mtro. Orestes E. Díaz Rodríguez, UDG

Una misma pregunta se formula desde hace 10 días una y otra vez en cada  punto cardinal del planeta. Una misma preocupación conecta de forma inédita a la clase política global con intelectuales, aficionados y atletas. ¿Qué ocurre en Brasil?

No han pasado tres años desde que la nación sudamericana fuera premiada como sede de eventos de jerarquía. Entonces, le avalaron su ascendencia geopolítica, el crecimiento, las conquistas en la redistribución, su maduración democrática  y personalidad emergente.

Pero ante el primer gran reto el gigante sorpresivamente tambalea. Las protestas  intensas hacen temer por  la culminación de un evento que es sólo el preámbulo de otro mayor.

La situación brasileña tiene que ver con la globalización de la protesta, destacado como el suceso del año 2012, pero responde ante todo a desencadenantes regionales y sobre todo internos.

Un año antes, Chile, supuestamente el único país latinoamericano en vías de ingreso al primer mundo, fue escenario de gigantescas manifestaciones.

Esta semana se difundió que la pacífica y paradigmática Costa Rica también avanza hacia los estallidos.

¿Qué existe de común entre estos países? Dos cosas. Son  naciones donde  la clase política nativa y los intelectuales han coincidido en promocionar “con  éxito” el relato de que se encuentran en la antesala del paraíso. Mientras la segunda similitud tiene que ver con que diferentes actores sociales de esos países, para los que la realidad cotidiana continúa estando muy lejana del preconizado sueño, están decididos a abortar el relato y a obligar a sus autocomplacientes líderes, a que vuelvan a poner los pies en la tierra.

Lo que destaca del caso brasileño es que la intención de quiebre logra vincularse con una circunstancia privilegiada que la potencia. Brasil es el centro de la atención mediática por el torneo de la FIFA. La clase política se disponía precisamente a encumbrarse,  un nuevo nivel del show. Pero los insatisfechos se adelantaron, son los verdaderos protagonistas, ¡menuda lección!

El próximo estallido de protestas en la región no hay que esperarlo en México o Guatemala. La realidad allí es tan adversa que la clase política no se atrevería a desmentirla construyendo un relato oficial. En cambio, Uruguay podría constituir el próximo candidato, sólo que parece alzarse un obstáculo importante, la sabiduría, transparencia y sencillez de Pepe Mujica. Ahí, precisamente, podrían encontrar los líderes brasileños, claves para resolver su propia situación.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones