ONU documenta violaciones de jóvenes en Congo

NACIONES UNIDAS (03/SEP/2010) AP._ Un equipo de las Naciones Unidas que examina los ataques más recientes ocurridos en el este del Congo ha documentado las agresiones sexuales contra 28 jóvenes, incluido un menor, de acuerdo con un comunicado difundido el viernes.

La representante especial de las Naciones Unidas para los niños en situación de conflicto, Radhika Coomaraswamy, dijo en el documento que las víctimas de la violencia sexual tenían entre 12 y 17 años. Las investigaciones prosiguen en el país, agregó.

El comunicado no consignó los casos de cuatro bebés masculinos que, según trabajadores locales de asistencia, figuraban entre 242 personas violadas durante ataques rebeldes registrados del 20 de julio al 4 de agosto.

El equipo de las Naciones Unidas también examina informes sobre la violación de otras ocho personas, las cuales recibieron atención, en el poblado de Rubonga, aunque no ha confirmado los casos, se dijo en el texto.

Los ataques contra diversas aldeas ocurrieron a relativamente corta distancia de un campamento de fuerzas internacionales, en el que hay 80 soldados indios y miles de efectivos congoleños, en Walikale, a unos 90 minutos en automóvil, lo que suscitó la pregunta de por qué esos militares no hicieron nada.

Los sobrevivientes dijeron que sus agresores fueron integrantes de la milicia congoleña de Mai-Mai así como del grupo rebelde FDLR encabezado por responsables del genocidio ruandés que huyeron en 1994 al otro lado de la frontera y que desde entonces aterrorizan a la población del este del Congo. El grupo rebelde ruandés ha rechazado las informaciones en ese sentido.

El martes, la enviada de las Naciones Unidas que examina los casos de violencia sexual en el conflicto apremió al gobierno del Congo a que persiga a los responsables y advirtió a los dirigentes de los grupos rebeldes y de milicianos que podrían afrontar un juicio en la Corte Penal Internacional debido a que la violencia sexual, generalizada y sistémica, puede constituir crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.

Las violaciones se han convertido en un arma de guerra en el este del Congo, donde los rebeldes y soldados se enriquecen de la explotación de minerales preciosos para la que a menudo recurren a trabajos forzados y mano de obra infantil.