Viernes, 17 de Octubre 2025
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Salen a la calle un millón de brasileños, en 80 ciudades

Crecen las concentraciones en todo el país, tras la victoria por la marcha atrás al aumento en el pasaje

Por: EL INFORMADOR

RÍO DE JANEIRO, BRASIL (21/JUN/2013).- Crece el descontento. Más de un millón de brasileños se lanzaron a las calles de por lo menos 80 ciudades del país ayer en las mayores protestas contra el Gobierno hasta ahora, con choques violentos en varias ciudades donde los manifestantes que exigían mejoras en los servicios públicos y el fin de la corrupción enfrentaron gases lacrimógenos, aerosol pimienta y balas de caucho.

En Río de Janeiro, donde aproximadamente 300 mil manifestantes abarrotaron el Centro, hubo choques a las carreras entre la policía y grupos integrados mayoritariamente por jóvenes que se cubrían la cara con sus camisas. Pero la Policía también disparó gases a grupos pacíficos y en ocasiones los atacó con aerosol pimienta. El estruendo de las armas hacía eco en las fachadas de edificios señoriales de la época colonial.

Hubo al menos 40 heridos en Río, incluidos manifestantes como Michele Menezes, una diminuta mujer de 26 años, quien dijo que buscó refugio junto con otras personas en un bar, pero un agente de policía arrojó una granada de gas al interior. La granada le rompió los pantalones y le dejó grandes heridas en las pantorrillas y un brazo.

“Yo abandonaba una protesta pacífica y no fueron los vándalos los que me atacaron sino la Policía”, dijo, mientras se secaba los ojos inyectados de sangre.

A pesar de la represión, los manifestantes dijeron que no retrocederían.

“Vi cosas bastante aterradoras, pero no me van a amedrentar”, dijo Fernanda Szuster, una estudiante de 19 años. Preguntada si sus padres sabían que participaba en las manifestaciones, dijo que “lo saben y están orgullosos. Ellos protestaban cuando eran jóvenes. Así que les parece bien”.

En Brasilia, la Policía batalló para evitar que cientos de manifestantes entraran al Ministerio de Relaciones Exteriores, frente al cual los enojados prendieron un pequeño incendio. Otros edificios del Gobierno fueron atacados alrededor de la explanada central de la ciudad, donde la Policía también lanzó gases lacrimógenos y balas de goma para tratar de dispersar a los manifestantes.

En Salvador, en el Noreste del país, la Policía disparó gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a una pequeña multitud que intentaba traspasar una barrera policial que bloqueaba una de las calles de la ciudad. Una mujer resultó herida en el pie.

En otras partes de Salvador, unos cinco mil manifestantes se reunieron en la Plaza Campo Grande.

“Pagamos mucho dinero en impuestos, por la electricidad, por los servicios, y queremos saber dónde está ese dinero”, dijo Italo Santos, estudiante de 25 años, mientras caminaba con varios amigos rumbo a la plaza.

Con iformación de AFP y EFE

FRASE

''No podemos permitir que estos bandidos y personajes mal intencionados se interpongan ante la oportunidad de hacer exigencias en favor del país''.

Pelé,
astro brasileño de futbol.

ANÁLISIS

La primera victoria de los centavos

Juan Arias,
EL PAÍS

Si es cierto que menos es más, la primera victoria real de la protesta callejera brasileña empezó por lo más pequeño: la suspensión de los 20 centavos de aumento de los transportes en Sao Paulo y en Río de Janeiro (que en México equivale a tres pesos con 60 centavos).

Un menos que tiene un enorme valor simbólico, porque había sido la mecha que hizo prender el fuego. Tanto, que llevó de cabeza estos días a las autoridades públicas de Brasil, temerosas de ceder a una protesta sin líderes que podría ponerlos de rodillas ante los gritos de la calle.

Primero aseguraron que no era posible volver atrás. Después, que el Congreso debía aprobar una ley para exonerar de no sé qué impuestos. Al final, la rendición.

Ganaron los 20 céntimos. La protesta forjará ahora un camino para que todas las demás ciudades sigan el ejemplo, aunque es sólo el primer paso. Una pancarta decía el miércoles: “País desarrollado no es aquel donde los pobres tienen coche sino donde los ricos usan los transportes públicos”.

Ahora exigirán la calidad de los medios de transportes, la seguridad de los que los usan, la puntualidad de sus horarios y el respeto a la dignidad de los ciudadanos que los usan, ya que a veces parecen transportar ganado y no personas.

Varios expertos en movimientos de masas están afirmando que las reivindicaciones de un movimiento de protesta sin nombre, ambulante, con un rosario de exigencias en sus manos seguirá y está llamado a crecer.

Llegarán otras peticiones, que irán desde lo que los pobres sin seguro privado sufren en los hospitales o la precariedad de las escuelas públicas, al cáncer de la impunidad que sólo lleva a la cárcel y con rapidez a los sin nombre y deja libres a los que les sobra nombre y poder para burlar la ley.

Será importante ahora observar la reacción de esas masas a su primera victoria.

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