Alumnos de la Secundaria 75, sin aulas para el siguiente ciclo

TLAQUEPAQUE, JALISCO (17/AGO/2012).- El terreno prestado por una iglesia en la colonia Arroyo Seco, del municipio de Tlaquepaque, ya no podrá fungir como “escuela” para los alumnos de la Secundaria Mixta No. 75; los tres salones con techo de lámina, sin baños y sin enjarre, que funcionaban como centro educativo, ya no serán las aulas de los jóvenes educandos, pues ya no se les prestarán las instalaciones.

Y es que el compromiso de construir una escuela en esta colonia parece haber quedado en el olvido, a pesar de tener ya el terreno destinado para ello. La promesa, según aseguran padres de los alumnos, fue que desde el arranque del ciclo escolar pasado (2011-2012) se empezaría con la edificación del plantel, lo que no se ha llevado a cabo.

Ayer por la mañana los representantes de la Asociación de Padres de Familia de esta secundaria anunciaron que manifestarían su inconformidad a las afueras del sitio que fungía como escuela. Fue el miércoles, mientras se llevaba a cabo el proceso de inscripción de los alumnos de primer ingreso en la banqueta, cuando un representante de la Secretaría de Educación Pública (SEP), de nombre Guillermo Peña Cárdenas, jefe del Departamento de Supervisión Técnica de esta dependencia, acudió al lugar a proponer a los padres y alumnos que dieran marcha atrás a la idea de manifestarse, y se comprometió a que en 15 días posteriores a su visita ya estaría limpio el terreno destinado para la construcción de la escuela y que a la par estarían listas las aulas provisionales.

Dicha acción implica que en este periodo de instalación de las aulas, los alumnos tengan que perder dos semanas de clase, es decir, no arrancarían el próximo lunes con el ciclo escolar, sino hasta el próximo 3 de septiembre.

Ante este panorama, padres de familia se muestran inconformes. “No es posible que si la promesa fue desde hace un año, apenas vengan a decir que empezarán con la instalación de aulas provisionales”, comenta Rodolfo Vázquez, padre de uno de los alumnos que cursarán este año segundo grado.

En una vista hecha al terreno destinado a la construcción de dicha secundaria, se aprecia cómo aún se encuentra en carácter de baldío, donde sólo hay hierba alta y carentes condiciones salubres.

El periodo de inscripciones sigue su curso, aunque se tiene que realizar en las instalaciones de la unidad deportiva de esta colonia.

Por su parte, el director de la institución, José Trinidad Correa, se dice preocupado por la situación, pero se muestra optimista en su postura y tiene fe de que en menos de 15 días ya estén instaladas las aulas. “Espero que el plazo sea menos; como quiera que sea, no hacemos más que cumplir con nuestro trabajo; así sea en la calle, impartiremos clases en pro de la educación”.

CRÓNICA
Promesa incumplida

Apenas empezaba el periodo de inscripción 2011-2012 para los alumnos de secundaria de nuevo ingreso. Rodolfo Vázquez Pacheco, vecino de la colonia Arroyo Seco, alistó lo necesario para inscribir de inmediato su hijo Iván.

Había una nueva opción de secundaria en la colonia, es más, la única: la Secundaria Mixta No.75.

Rodolfo y su hijo Iván estaban conscientes de que, por lo pronto, para el arranque del curso escolar no tendrían instalaciones; no tendrían escuela, pero la promesa, dice, era que una vez iniciado el periodo escolar, la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ) comenzaran a construir lo que sería la secundaria en forma, con salones, “una escuela pues”, puntualiza Rodolfo.

Avanzaba el ciclo escolar, pasaban los meses y se llegaba el verano, pero no así la conclusión de la escuela, incluso, ni siquiera se empezaba a limpiar el terreno destinado para ello.

Iván Vázquez, hijo de Rodolfo, sufrió un problema de salud de nacimiento. “A mi hijo le fue necesaria la práctica de una colostomía, una intervención quirúrgica para permitirle satisfacer sus necesidades fisiológicas, lo cual le obligaba a ir al baño de manera inmediata”.

Sin embargo, la improvisada escuela sólo tenía tres baños: uno para hombres, uno más para mujeres y otro para los maestros. Los sanitarios sucios, que eran vaciados cada semana, eran insalubres e ineficientes; “eran baños portátiles, como los de los desfiles. Eso para mi hijo fue muy difícil”.

Adicional a esto, dice Rodolfo, por la parte de atrás de donde se impartían clases, corre un arroyo de aguas negras; es el Arroyo Seco, que despedía olores mientras los jóvenes tomaban sus clases.

Rodolfo espera que de verdad se resuelva la situación y su hijo no tenga que estudiar en salones con techo de lámina, sin enjarre, con goteras y olores fétidos.