Autoridades se resisten a escuchar

GUADALAJARA, JALISCO (08/DIC/2012).- Más de 20 académicos del país firmaron un desplegado en el que exigen la liberación inmediata de los jóvenes detenidos sin fundamento y de manera arbitraria en la Ciudad de México

Desde hace más de 20 años, Rossana Reguillo, doctora en ciencias sociales por la Universidad de Guadalajara, ha investigado a los movimientos que se gestan en las calles, especialmente los juveniles.

Con los elementos que ha acumulado durante todo ese tiempo, puede afirmar que el discurso político y mediático respecto a estos movimientos no ha cambiado. Afirma que sigue existiendo la misma sordera y descalificación; políticos que ven al joven como un sujeto “lleno de hormonas y carente de neuronas”.

Son estos jóvenes los que han conformado gran parte de las agrupaciones que protestan en las calles, como la ciudad pudo presenciarlo el sábado pasado. Ante la manera en que terminó este suceso, la académica del Iteso afirma que deben pensar en otras formas de expresar sus posturas. Es decir, encontrar una articulación entre la protesta de calle y la acción que se puede tener desde las redes sociales, de las que la investigadora afirma que han venido a destruir el monopolio de la voz legítima, antes perteneciente sólo a los grandes medios de comunicación. Lo que ella ve es que estas agrupaciones están en un proceso de deslinde de las formas de confrontación, para pensarse dentro de métodos más creativos para la apropiación del espacio público, “al que indudablemente tienen derecho”.

Sobre el desprestigio en el que ha caído #YoSoy132 durante los últimos meses, pese a que al principio el grueso de las voces era positivo, Rossana Reguillo ve errores en la estrategia del movimiento, como el no saberse “blindar” de otros grupos que, si bien no marcan una diferencia ideológicamente, las formas de protesta son vistas con cierto rechazo. Entre ellos ubica al Sindicato Mexicano de Electricistas y a los manifestantes de Atenco.

Otro factor que ve como parte de este desprestigio, es el “botín” político que los jóvenes representan para la clase política. Pone de ejemplo que un representante de Morena Jalisco dijo que este instituto había pagado la fianza de los detenidos del sábado, cuando, afirma, nada está más lejos de la verdad.