Sábado, 11 de Octubre 2025
Jalisco | Ceremonia en la Catedral Metropolitana

El cardenal ordena a ocho nuevos diáconos

Hoy, en el Auditorio Benito Juárez, Juan Sandoval Íñiguez presidirá la ordenación de 40 sacerdotes

Por: EL INFORMADOR

El cardenal Juan Sandoval Íñiguez encabezó la ceremonia celebrada ayer en la Catedral Metropolitana de Guadalajara. E. BARRERA  /

El cardenal Juan Sandoval Íñiguez encabezó la ceremonia celebrada ayer en la Catedral Metropolitana de Guadalajara. E. BARRERA /

GUADALAJARA,JALISCO (05/JUN/2011).- El arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez, presidió la ordenación de ocho nuevos diáconos dentro de la tradicional fecha de la fiesta de Pentecostés, en la que se realiza la integración de nuevos ministros al clero tapatío.

La ceremonia se realizó en la Catedral Metropolitana con gran asistencia de feligreses, que en su mayoría fueron familiares y amigos de los diáconos, quienes llenaron el recinto sacro.

El jerarca religioso destacó en su intervención que el diaconado es una de las formas del sacramento del orden, cuyas fases de complementan posteriormente con el sacerdocio y el episcopado, siendo éste el culmen de este sacramento.

Dos nuevos diáconos habrán de ordenarse en fechas cercanas en las parroquias de origen de estos ministros.

Esta ceremonia fue el acto previo de la jornada de ordenaciones de los alumnos de Seminario Diocesano de San José de la Arquidiócesis, la que se completará hoy con la ordenación de los presbíteros, dado que se tiene programada una celebración en la que se ordenarán  40 nuevos sacerdotes en el Auditorio Benito Juárez, en Zapopan.


Nuevos diáconos

Emmanuel González
Arturo Sánchez
Antonio Martínez Rea
Miguel Ángel Silvestre
José María Nuño
Rodolfo Rodríguez
Luis Alberto Cuevas
Hugo Alberto Pimentel
Florencio Estrada
Carlos Alberto González   



Hay más exigencias para la práctica del sacerdocio


Elías Parada se convierte hoy en presbítero


Ser sacerdote en una sociedad como la de Guadalajara en la época actual trae consigo mayores exigencias para los nuevos ministros católicos, puesto que hay que prepararse más, tanto en la parte académica, como también en los valores religiosos y humanos, para responder a las necesidades de los fieles que siguen dando el respaldo a sus líderes espirituales.

Así vislumbra el reto para los jerarcas católicos uno de los nuevos sacerdotes de la generación que en este año se integran al clero tapatío: Elías Parada Andalón, quien tras concluir sus estudios clericales en el Seminario Diocesano de San José, se integra al presbiterio de la Arquidiócesis de Guadalajara. En su caso, su formación supuso nueve años de internado en la citada casa de estudios tras ingresar después del bachillerato.

Al formar parte de una generación de 40 nuevos sacerdotes, afirma que su ordenación es la culminación de un proceso de vida que, al asumir el compromiso del sacerdocio, lleva el objetivo de ser líderes religiosos “de una sociedad que vive a ritmo vertiginoso y violento en ocasiones”, por lo que su papel sacerdotal lleva también la encomienda de ser transmisores de paz y de contrarrestar la violencia de los tiempos actuales.

Detalla que su inquietud por el sacerdocio surgió luego de haber realizado un curso de preseminario, lo que fue el antecedente para tomar la determinación de ingresar a la institución formadora. La decisión definitiva para su encomienda, dice haberla tomado tras “una experiencia de Dios” para dar el paso final en todos los compromisos que supone la vida sacerdotal.

En lo que será ya su desempeño, expresa que se visualiza en varias vertientes, desde las tareas en la vida parroquial y la docencia en el seminario, donde ya tuvo la experiencia de ser auxiliar en la formación en la casa de la ciudad de La Barca. Con orgullo, señala haber heredado el papel de comunicador de su padre.
Con satisfacción alude a ser parte de una agrupación unida, cerca de 30 compañeros del grupo original en el seminario que han llegado al fin de los estudios y que están ahora a la espera de la designación de su primer destino.

Asevera que se tiene conciencia clara de que la sociedad católica y la ciudadanía en general demandan más del papel del sacerdote por diversas razones, desde los cambios que han traído una mayor secularización de la comunidad, hasta las implicaciones del  llamado pensamiento postmoderno.

Desde su punto de vista, la versión de una posible división territorial de la Arquidiócesis ha de ser motivo de mucha cautela “para evitar el desgaste y la debilidad de la comunidad”. Aduce que tanto en su parte urbana, como en su medio rural, las comunidades diocesanas deben ser atendidas con el mayor esmero.   

También considera que el enfoque de la formación sacerdotal en el seminario tapatío ha tomado muy en cuenta diversos retos, como el asegurar en lo posible un equilibrio armónico de la personalidad para evitar situaciones negativas, como los casos de pederastia de parte de los clérigos, lo que supone la adecuada ayuda psicológica y el discernimiento oportunos cuando sea necesario.

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