El mismo servicio a cambio de un precio mayor

GUADALAJARA, JALISCO (01/SEP/2012).- Una a una, hasta llegar a siete monedas de a peso, pasa dinero de la mano derecha a la izquierda para completar el boleto del camión; el resto del dinero lo regresa a la bolsa de su pantalón. “No nos queda de otra, no hay opción: hay que pagar la nueva tarifa”, señala molesto el joven, quien se queja del mal servicio, de la prepotencia de los choferes del transporte público, de las “corretizas”, la operación de unidades con puertas abiertas, los camiones sucios, en fin… una larga lista de irregularidades.

Es el primer día de aumento a la tarifa de transporte, en el que distintas anomalías salen a relucir. Operadores que no entregan boleto, porque aseguran no los dan, como el de la unidad SA05 en la ruta 182-A; otros cobran siete pesos, pero entregan boleto de a seis.

Hay casos como en la ruta 24 (unidad 8499) en que incluso el chofer entrega boletos de tres pesos, a pesar de que cobra siete, mientras que a los usuarios del transvale les indica: “Pásale así”, sin darles comprobante. O estudiantes a los que les rechazaron su transvale de tres pesos, y que tuvieron que pagar los siete pesos ante el desconocimiento  de que pueden pagar con el boleto de descuento sólo entregando los 50 centavos adicionales.

Los camiones van y vienen, algunos con letras blancas en los cristales indicando la nueva tarifa de siete pesos. En otros hay letreros pequeños que establecen: Tarifa: Siete y 3.50; en otros, nada: es el propio chofer el que se encarga de pedir el peso adicional e informar el nuevo precio.

La molestia al considerar que la tarifa es alta y el servicio malo es una constante entre los usuarios. Cara, muy cara resulta para algunos viajeros, como Verónica Lomelí, quien utiliza al día cuatro camiones que ahora significan un gasto de 28 pesos; su esposo, empleado de una gasolinera, gana mil 100 pesos a la quincena y realiza igual número de viajes. Si él no recibe propinas, “prácticamente no comemos”, indica la joven mientras espera el camión que la llevará a Zapopan, junto con su hijo, en una de las paradas frente a Plaza del Sol.

“A parte del mal trato que dan, es caro. Cuando tomas ocho camiones, cuánto es, muchísimo dinero, ahorita vamos a tomar cuatro camiones. Mi esposo también toma cuatro para irse a trabajar: son 30 pesos él y 30 yo, y para lo que gana”.

Mientras que en la parada de enfrente, también en la zona de Plaza del Sol, la unidad 8499 de la ruta 24 continúa su viaje hacia el Sur, en su trayecto el operador toma y deja pasaje en el segundo carril y viaja con las puertas abiertas. Pero eso sí: al subir una pasajera que le entregó seis pesos, de inmediato le exige: “Le falta un peso”.

A regañadientes, la mujer entrega la moneda adicional. No hay de otra: ayer, a los usuarios les tocó pagar más.

Niegan amparo colectivo a Movimiento Ciudadano

Ayer mismo, mientras tanto, el juez cuarto de distrito en materia administrativa y de trabajo con residencia en Guadalajara, Juan Manuel Villanueva Gómez, rechazó una de las acciones jurídicas contra el aumento a la tarifa del transporte: el amparo colectivo que promovieron el ex candidato a la gubernatura, Enrique Alfaro, y los diputados electos del partido Movimiento Ciudadano.

Lo que el juez determinó significa que los usuarios —al menos por el lado de este recurso jurídico y sin considerar lo que ocurra con el que promueve la Federación de Estudiantes Universitarios—, señaló el partido político en un comunicado de prensa.

“En pocas palabras, lo que dice este juez es que los ciudadanos no tenemos ningún derecho de defendernos sobre una decisión arbitraria y discrecional de la autoridad”, decisión que “lamentamos profundamente”.

Los promotores anuncian que interpondrán un recurso de revisión en contra de la resolución del juez de distrito, para que llegue a un tribunal colegiado correspondiente y, de allí, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

También el Arzobispado de Guadalajara se pronunció en contra del aumento. En el artículo editorial de El Semanario, la institución religiosa cuestiona que, “tras un aparente fallo salomónico”, por autorizar sólo una parte de la exigencia de los transportistas, se incrementara la tarifa, dado que, para “80% de la población, el transporte es una materia prima”.