Éxito comercial provocó el cambio en el tianguis de Tonalá

TONALÁ, JALISCO (11/NOV/2012).- “Se dice que es el tianguis de Tonalá, pero yo creo que ya no es así. Hoy hay mucha fayuca, hay muchas cosas que nada tienen que ver con nuestras raíces de aquí del pueblo”. Así lo recuerda Ángel Ortiz, un artesano de Tonalá de 63 años de edad que hoy ve cómo la vocación del lugar tradicional de venta de artesanías fue alterada por el comercio de ropa, comida y productos extranjeros.

Desde la década de los cincuenta ya se instalaba el tianguis los jueves y domingos, recuerda Ángel Ortiz de su infancia. A la zona de la plaza principal de Tonalá se le conocía como “Cuartel Cuatro”, el pueblo se dividía en cuatro cuarteles. Ahí venían desde los que entonces eran poblados vecinos, como Tateposco, Santa Cruz, El Rosario y Zalatitán.

Los artesanos de otros lugares llegaban en burros. Apoyados de mallas, colgaban sus cántaros en su transporte y se acomodaban en el suelo, relata Ángel Ortiz.

La venta era de productos artesanales hechos con las técnicas tradicionales de la región, por ejemplo, el barro trabajado en técnicas de bruñido, esgrafiado, engretado, vidriado, betus y petatillo.

Actualmente, con dificultad se encuentran piezas de artesanía típica de la región y este desplazamiento se presentó entre los años setenta y ochenta, explica Rosario Álvarez, artesano por tradición familiar.

La razón de este desplazamiento de la artesanía típica en los espacios del tianguis por otro tipo de productos se debió a la concurrencia. Conforme fue creciendo la afluencia, los comerciantes vieron un espacio exitoso en ventas y se fueron instalando sin preservar la exclusividad de los productos artesanos, concuerdan Ángel Ortiz y Rosario Álvarez.

Actualmente, las personas que buscan la artesanía tradicional de Tonalá evaden el tianguis porque saben que ahí no encontrarán piezas de dicha calidad y por el caos que implica el área, comenta Álvarez.

“Los clientes que aprecian esto (la artesanía tradicional) vienen directamente, sólo no vienen los jueves ni los domingos porque hay tianguis. Al contrario, ha ido asustando al cliente”.

Por el año 2004, Ángel Ortiz se vio en la necesidad de realizar piezas muy económicas de barro bruñido para asistir al tianguis a vender, pero era difícil para él atender a dos mercados, tanto el que compra calidad más baja en el tianguis como el que paga por el trabajo artesanal, y por ello dejó su espacio en el recinto.

En la administración anterior del Gobierno municipal, presidida por Antonio Mateos, se lanzó un proyecto que implicaría la reinstalación del tianguis de artesanías tradicionales en zona y días de origen: la plaza principal, proyecto al que le faltó continuidad.

“Se hicieron toldos iguales y más cosas, para los artesanos (tradicionales). La propuesta era de jueves y domingo, y quisieron negociar con los líderes de los tianguistas y dijeron que no. Entonces, se optó por los sábados, de 08:00 a 15:00 horas, pero los sábados no viene nadie. Tampoco se cumplió con lo que habían prometido: que iban a ir a los hoteles a buscar turismo y traerlos especialmente a ese tianguis”, manifestó Rosario.

En esa instalación de comercios participaron alrededor de 50 personas que duraron máximo tres meses, pues no hubo turismo ni promoción para atraerlo, platica Rafael López Díaz, artesano con especialidad en barro policromado y bruñido; hasta la fecha, hay quienes no han pagado la cuota por el espacio, comentó.