Gente pequeña hace una vida en un mundo grande

GUADALAJARA, JALISCO (02/OCT/2011).- Para las personas de baja estatura los quehaceres cotidianos son un reto. Subir y bajar del transporte público, alcanzar el timbre o de plano pedirle a alguna persona “me le timbra por favor” son escenarios de todos los días.

Debido a que se mueven en una ciudad pensada para gente de talla normal, para ellos todo es un obstáculo gigante, para llevar a cabo sus tareas cotidianas. La ciudad y su sistema no son incluyentes como ellos quisieran. Al igual que personas con discapacidades motrices o visuales, la gente pequeña demanda infraestructura pensada para ellos.

Para conducir un automóvil la gente pequeña necesita hacerles adecuaciones a sus vehículos, ya que no tienen acceso a un medio de transporte en proporción a su tamaño. Estas personas por ser minoría necesitan adaptarse a un mundo en donde ya se cuenta con infraestructura para personas con capacidades diferentes pero aún falta facilitar la movilidad para este sector de personas.

La Comisión Estatal de los Derechos Humanos Jalisco reconoce la discriminación para la gente pequeña en nuestro estado como un problema latente al que se suma la falta de infraestructura para facilitar su desempeño cotidiano.

Se estima que en el país hay entre 10 mil y 15 mil personas de talla baja, cuyas estaturas van desde 50 centímetros hasta 1.34 metros.

De acuerdo con la Asociación Gente Pequeña de México, entre otras necesidades básicas para este grupo, se encuentra la igualdad de oportunidades laborales, apoyos para recibir atención médica y acceder a créditos de vivienda.

La asociación destaca que algunos de los aspectos “aparentemente simples” en los que la gente de talla baja tiene dificultades cotidianas, es la altura de los teléfonos públicos.