Jóvenes no hablan porque ''normalizan'' la violencia

GUADALAJARA, JALISCO (18/FEB/2013).- La diferencia entre una broma y un caso de hostigamiento muchas veces pasa desapercibida por los jóvenes, quienes expuestos a constantes expresiones de agresión entre ellos dejan de percibir cuando están viviendo algún inicio de violencia psicológica en su entorno escolar. Con ello, la psicoterapeuta María Teresa Zúñiga explica un parte del fenómeno de bullying que toleran muchos estudiantes de preparatoria, pero que no alzan la voz al respecto.
 
"Existe el fenómeno de la normalización de la violencia, o sea, ver como normal que me hagas pasar un mal rato. Es muy delgada la línea entre una broma y una expresión de bullying, en donde el otro no recibe con agrado lo que estás tú diciendo", detalla la también integrante del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario A.C.
 
"Las series de televisión y lo que se encuentra en el ciberespacio tiene que ver, allí se encuentran series donde se observa claramente la normalización de la violencia: Lo que causa risa a todos está bien, aunque esté causando heridas a nuestros jóvenes", ejemplifica.
 
El silencio que gritan los estudiantes en las aulas del bachillerato habla de la necesidad de orientarlos al respecto desde que cursan sus primeros años de educación, es decir, se requiere reforzar las actividades que les permiten identificar y exteriorizar lo que les está perjudicando, como puede ser el acoso escolar.
 
Por otra parte, Zúñiga explica que el bullying se presenta en jóvenes cuyo autoestima se encuentra desequilibrado: quien se siente superior será capaz de humillar a otro porque cree le da popularidad, mientras el inseguro recibirá en silencio las agresiones y se verá afectado a nivel escolar, personal, o social.
 
"Chavos que no tienen desarrollada en forma equilibrada su autoestima se ven envueltos  en este fenómeno de bullying: es generar temor por lo que el otro puede hacer, es persecución, manipulación, es el bullying físico que empieza por empujones, golpes, jalones. También se da el bullying cibernético, donde se habla mal de los jóvenes en redes sociales".
 
El pasillo de la escuela, el patio y los baños son los favoritos de quienes les gusta molestar a sus compañeros de clase, según la especialista, quien recomienda que independientemente de donde se presente, los jóvenes que sientan en riesgo su integridad deben expresarlo a un familiar cercano o algún profesor de confianza, en busca de orientación para controlar el caso y evitar que se magnifique.
 
EL INFORMADOR / VIOLETA MELÉNDEZ