La mujer que fue a la cárcel por buscar la subsistencia

ZAPOPAN, JALISCO (02/MAY/2012).- Llegó a casa de Juana con la mano repleta de cables que sostenía como a un ramo de flores. Guadalupe saludó a su hermana: “Vine para ver qué se te ofrece”. Se sentó en el sillón verde, le explicó: “Me encontré estos alambritos en el camino, los voy a quemar, a ver si saco pa’ las tortillitas”.

De los alambritos sacaría cobre, lo vendería en 20, 30 pesos, compraría tortillas o pedacera de tostadas (a cinco pesos el kilo), regresaría a casa y prepararía la comida para sus seis hijas: de 3, 6, 6, 7, 12 y 13 años de edad.

No volvió.

El rostro de Guadalupe circuló en la tele, en algunos diarios: “Detienen a pepenadora por provocar incendio”. Las autoridades, los ambientalistas, aplaudieron, festejaron: ¡Por fin alguien cae a la cárcel por un delito ambiental!

Señores, señoras: ahora sí, se acabaron los tiempos de impunidad, era el tono del mensaje de las autoridades.

A Guadalupe la acusaron de provocar otro incendio mientras 800 combatientes intentaban detener el fuego que había iniciado cinco días antes en Arenales Tapatíos y que arrasó con ocho mil 500 hectáreas. El “fuego” que llevó a la mujer a Puente Grande se extendió en menos de una hectárea donde hay poco arbolado.

Una semana después, Juana Preciado sigue sentada en el sillón verde con el pie roto —no puede operarse porque el Seguro Popular no se lo cubre—. Dice que sí, que ella es hermana de Guadalupe, la mujer que se llevó la policía de Zapopan el miércoles 25 acusada de incendiar La Primavera. “No sé qué pasó”, baja la mirada, se toca la rodilla. Piensa que pronto van a ir por ella. “Cada que llega un carro me pongo muy nerviosa, no sé ni qué”.

Fuera de control

Ese miércoles, Guadalupe salió de su casa de techo de lámina en Lomas de la Primavera, bajó por calles terregosas que suben, bajan, dan una vuelta, otra... Caminó por las faldas del Cerro del Colli, llegó a la casa de su cuata en Balcones de Sol y salió a quemar el cable que se encontró en el trayecto por estos laberintos de miseria.

Juana recuerda que las hijas de Lupita regresaron “a corre y corre, que llegó un viento y se subió el fuego. Todos los chamacos salieron con cubetas para ayudarle a apagar”.

En la radio ya se anunciaba que el Presidente Felipe Calderón iría al Área Natural Protegida para sobrevolar la zona y prometer justicia ambiental.

Así que una patrulla de Zapopan se acercó y detuvo a Guadalupe, la primera persona que arrestan por este tipo de incidentes.

— ¿Pero cómo me voy a regresar si no traigo para el camión?

— Súbase, ahorita la suelto más abajo— respondió el policía.

— ¿Puedo llevarme a mis hijas (la de 13 y la de tres años)?

— No, porque se las quitan. Súbase y ahorita la suelto.

“Por fin llegó la justicia ambiental a Jalisco”.

El director del Bosque La Primavera, José Luis Gámez, lamenta que una persona tan humilde sea la detenida. Humanamente, reconoce, quisiera que la soltaran. “Me da tristeza y frustración porque es la cadena más débil de la sociedad”. Pero desde el punto de vista técnico, agrega, “su ignorancia nos puede generar daños a millones de personas. Y pienso que deben aplicarle la ley, para mejorar la educación y que no vuelvan a prender fuego cerca del Bosque”.

Juana Preciado se lamenta de no haber tenido dinero para darle ese día a su hermana, ambas tienen 30 años de edad. “Si hubiera tenido, yo misma la apoyaba, le daba para las tortillitas, pero pues no, se le hizo fácil, fue mala suerte. Ora sí que Dios nos está castigando bien mucho”.

Si tan sólo hubiera tenido de comer ese día, imaginan los hermanos, los vecinos, el esposo de la mujer.

Millones para aviones

El Ayuntamiento de Zapopan no tiene ningún programa de combate a la pobreza alimentaria en este cinturón de pobreza. Sin embargo, contrató dos aviones cisterna que estuvieron listos cuando estaba apagado el incendio; su costo fue de 12 millones 312 mil pesos.

Guadalupe y Juana son las menores de seis hermanos. Su madre los dejó cuando ellas estaban recién nacidas, “y a mi papá no le alcanzó para mandarnos a todos a la escuela”. Ninguna sabe leer y escribir.

“Pero siempre le buscamos el modo de comer. Mi hermana no se dedica a eso, no, no es pepenadora, como dicen. Ese día no tenía dinero y se encontró los cables. Lo que hacemos normalmente —no me da vergüenza contarles— es que esperamos a que se quite el tianguis de aquí cerca y vamos a ver qué comida dejaron tirada. Un jitomatito, una frutita, eso ya nos completa”, piensa Juana.

Aurora Chávez y los vecinos de Balcones del Sol dicen que no es justo que se le cargue todo a Lupita. Fue un error. No imaginó que eso iba a pasar. “Ella no es mala persona y yo no la vi, si no le hubiera dicho que había peligro. Pero ya es muy tarde, ahora hay que resolver que sus hijas tengan qué comer”.

Todas las hijas Guadalupe —la de tres, las de seis, la de ocho, la de 10, la de 13— están en su casa y cuando escuchan ruidos, se asoman por la puerta. No quieren salir: quieren estar el día que su madre regrese a casa.

La de tres, “La Morusa”, y la de 10, Nayelli, no hablan. Las dos estaban el día que detuvieron a su madre. Lloraron, gritaron, imploraron, “¡mamáaaa!”, “¡no se la lleve!”.

El padre de las niñas, Ramón Castillo, vuelve a casa en la tarde, viene de la Penal. No ha podido entrar a ver a su esposa porque no tiene identificación oficial.

— ¿Y sabe por qué delito la acusan?

— Por prender fuego. Pero ella no tiene la culpa de todo lo que se quemó en el Bosque.

En sus manos trae un pequeño folleto que le entregó el defensor de oficio. Ramón apuntó los datos de un juez, Quinto de Distrito. Dice el nombre de su mujer: Guadalupe Preciado Vásquez, detenida por “delitos contra la biodiversidad”. El número de expediente 146/12-III.

Ramón dice que quiere proponerles —no sabe a quién— que les deja su casa, pero que dejen libre a su esposa. Le piden 35 mil pesos de fianza. “Usté cree, si tuviéramos eso, mi mujer no hubiera quemado ese día para sacar cobre”.

SINIESTRO
Imprudencia y urbanización

Guadalupe Preciado es la primera persona que llega a la Penal por provocar un incendio. En su caso, fue imprudencial.

Ninguna persona ha sido detenida por la urbanización dentro del Área Natural Protegida, ni por los daños provocados por la edificación de Villa Panamericana. En el último caso el Ayuntamiento de Zapopan sólo impuso una sanción económica.

FRASE

"Me da tristeza y frustración porque es la cadena más débil de la sociedad. (Pero) su ignorancia nos puede generar daños a millones de personas "

José Luis Gámez,
director del Bosque La Primavera.