''Meyer, de esos fundamentales''

GUADALAJARA, JALISCO (26/MAY/2012).- Lorenzo Meyer es uno de los científicos sociales más importantes del México contemporáneo. Internacionalista de formación, devino en un historiador abarcador y prolífico en su producción, que a su vez derivó en intelectual. Además, es un referente de la izquierda mexicana dentro del debate público, apostando por la transformación de las estructuras sociales hacia la justicia. No sólo da ubicación, sino también orientación, con hondura insondable en reflexiones planteadas con palabras sencillas. Meyer con humildad, sutileza y a veces hasta irónica provocación, no pontificando ni mucho menos imponiendo.

Admirador de grandes personajes históricos, considera tácita o explícitamente, que el cambio histórico pasa en gran medida por la acción de titanes que sacuden su época. Así, logra comprender las épocas que estudia, dando luz tanto de los grandes hombres, como de los “pequeños”, siempre enfocándose en lo social como conjunto amplio.

Meyer se ha ganado un lugar de honor entre los grandes intelectuales mexicanos. En su faceta estrictamente académica, su gran tema ha sido la situación interna y externa de México entre la Revolución y la época actual, concentrándose especialmente —aunque nunca exclusivamente— en la etapa posrevolucionaria. Sus lectores son quienes están llamados a generar esta tematización de su trabajo, pues su sublime humildad —voz tenue, tono jamás terminante, nunca autocomplaciente en el discurso— le dificultaría hacerlo. A Meyer no le bastó la investigación: abstrajo —sin perder concreción— su nivel de discusión a las ideas, colocándose como un intelectual de pensamiento amplio y profundo.

Sus búsquedas se orientan a comprendernos como mexicanos y construir entre todos una sociedad más justa. Piensa y habla desde la izquierda, hacia allá se encaminan sus investigaciones académicas, posicionamientos públicos y militancia política.

Dicho en suma, Lorenzo Meyer es una de las mentes más brillantes con las que cuenta el país, con un papel fundamental en la construcción de lo que a México más falta le hace: justicia.

Germán Petersen Cortés

ECOS DEL DEBATE
“En México existe una cultura democrática”

La democracia debe ser aceptada por los ciudadanos con pensamiento crítico y sinceridad. Sin embargo, las campañas políticas basan su labor de convencimiento en cubrir temporalmente una demanda popular a cambio de satisfacción momentánea y preferencia electoral. Esto evita que la toma de decisiones se centre en la reflexión y la cultura democrática se vea reducida a la popularidad.  El estricto sentido de necesidad puede determinar una decisión, en México aún no hay cultura democrática.

Paulina Ornelas, debatiente de Mar Adentro.

La cultura democrática crece con un sistema en el que la transparencia atrae a la ciudadanía a conocer las decisiones públicas de nuestro Gobierno e involucrarnos en ellas. Evidentemente, el mecanismo principal de participación es el voto, que más de la mitad de los ciudadanos no lo ejercen. Esto indica que un sector mayoritario de la población no tiene cultura democrática. Esta alarmante problemática disminuirá conforme avance la calidad educativa y se haga conciencia, pues la construcción de la ciudadanía no comienza a los 18 años.

Berenice Rosas, debatiente de Mar Adentro.

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De viva voz los líderes sociales comparten algunas de sus experiencias

Historiador y académico mexicano

— ¿Quién es Lorenzo Meyer, según Lorenzo Meyer?

— Un investigador que trabaja como profesor en el Colegio de México desde 1970. Me identifico como un académico o intelectual público, puesto que desde 1984 empecé a escribir en medios y periódicos e incursioné en radio y televisión para comentar temas  históricos y enfatizar sobre los problemas de coyuntura desde una óptica crítica. Supongo que la misión del académico es estar siempre inconforme del entorno en que se mueve.

— Cuando pequeño, ¿qué soñaba ser de grande?

— Me imaginaba una vida en la zona rural, pero ese sueño se vino abajo. Casi por accidente di con el Colegio de México, al cual ingresé como estudiante de licenciatura. Así quedó definida mi área de trabajo y la parte campirana se perdió en las nieblas del Distrito Federal.

— ¿Cómo nace su pasión por las ciencias sociales?

— Vivía en una granja en el Estado de México, donde conviví con los peones que vivían a lado de nuestra pequeña propiedad. La enorme distancia que hay entre las clases sociales me impactó y me hizo sentir culpable. Tenía una colección de libros de historia y me impactaba particularmente la Revolución, pues se supone que había cambiado radicalmente la estructura del país, sin embargo, mi realidad cotidiana me decía lo contrario.

— Desde su punto de vista, ¿qué caracteriza la interacción entre el pueblo y los dirigentes mexicanos?

— La enorme distancia entre la clase política y el grueso de la sociedad. Se supone que tenemos una democracia representativa, pero lo que hay es una crisis de representatividad en la cual la defensa primaria es hacia la propia clase política. La relación es distante y distorsionada. El mexicano común y corriente tiene muchas preocupaciones en su vida cotidiana y casi diría yo que de lo que se trata es de defenderse del Gobierno y no esperar grandes cosas.

— ¿Considera que en México existe una cultura democrática?

— No, porque desde el siglo XVI México se integra al sistema internacional básicamente como una colonia de explotación. Los pocos crearon las instituciones para ponerse sobre los muchos, por la fuerza inicialmente, y luego con una conquista cultural que estableció una distancia enorme entre dirigentes y población. El siglo XIX trae una República, más ficción que realidad, que no permite que exista una vida democrática como dice su Constitución. La Revolución abre posibilidades de que los intereses de la sociedad sean tomados en cuenta, pero autoritariamente. El Gobierno va a velar por la sociedad, pero teniéndola lejos. Tenemos una tradición no democrática muy arraigada y apenas empezamos a cortar estas raíces para dejar surgir la democracia, aunque ésta todavía es débil.

— Desde su punto de vista, ¿qué significa ser un ciudadano?

— Alguien que tiene la capacidad de intervenir en los altos asuntos de la política con un voto efectivo, peticiones organizadas, presionando o exigiendo. Acepta que existe una estructura de autoridad, pero es consciente que los que están en ella son sus representantes. No sé cuántos ciudadanos haya en México ahora, pero veo que una gran mayoría de mis conciudadanos se sienten alejados de la política y reciben poca información política con la que difícilmente pueden formular sus propios juicios. Yo creo que todavía falta mucho para que una mayoría sea considerada ciudadana en el sentido en que puede ver en otros países. No hay el ciudadano perfecto, pero nosotros somos bastante imperfectos.

— ¿Qué es más peligroso: la ignorancia o la indiferencia?

— Las dos pueden conducir a lo mismo. La ignorancia alimenta la indiferencia, porque si no entiendo qué pasa a mi alrededor, tendré muy poco poder. Cuando alguien ignora las complejidades de la vida social, económica, política y cultural, no se puede más que ser indiferente, como si estuviera en penumbra sin poder reaccionar.

— ¿Cuál es la responsabilidad del hombre respecto al futuro del mundo?

— Hacerle frente a los egoísmos individuales, a la ganancia de corto plazo. La manera de salvarnos como especie empieza por aceptar la responsabilidad en torno a los otros, hacia los que menos saben y conocen, pero, sobre todo, hacia los que vendrán.

— Si pudiera presenciar un debate, ¿entre quién sería y sobre qué se trataría?

— Sería un debate de ideas. Me gustaría escuchar a los griegos debatir sobre su ideal del mundo, la política y el poder,  teniendo el conocimiento de lo que pasó después de ellos.

— Si pudiera lograr que todos los mexicanos leyeran el mismo libro, ¿cuál sería y por qué?

— Un libro de historia, porque me gustaría que leyeran sobre lo que fueron para tener consciencia de los problemas por los que ha pasado este país en su intento por ser una nación. Pareciera que el grueso de los mexicanos no está muy consciente de su bagaje histórico y hacer conciencia de ello es una manera de usar el conocimiento del pasado para enfrentar problemas de futuro.

— ¿Qué sabe ahora que le hubiera gustado saber antes?

— Tengo nostalgia de un tiempo perdido que hubiera aprovechado leyendo más. Creo que en la juventud perdí lecturas y capacidad para entender el mundo.

— ¿Qué mensaje puede dar a los jóvenes de Mar Adentro?

— Ninguno. Ellos tienen que encontrarlo. Mi juventud fue en otra época y sería un tanto irresponsable ponerme en sus zapatos en este inicio de siglo XXI, cuando yo ya estoy de salida y ellos apenas van llegando.

VOLUNTADES
Historias de éxito que trascienden

¡Reforma Política Ya!
Una sola voz, una voz más fuerte

Reforma Política Ya sentó un precedente en cuestiones de ciudadanía en México. El movimiento se originó cuando la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados decidió no discutir la reforma política, tras ser aprobada en el Senado. Lo anterior significaba que una vez más, las leyes que buscaban beneficios para la ciudadanía se quedarían en la congeladora legislativa.

La noticia produjo indignaciones en las redes sociales y finalmente un joven decidió acampar afuera del Senado a manera de protesta. Esta acción fue replicada hasta reunir un campamento que se estableció en este punto durante una semana; sin embargo, la presión no fue suficiente. Se convocó a una reunión con organizaciones de la sociedad civil que compartían un sentido de urgencia ante dicha reforma. En ésta se decidió actuar de manera conjunta y conformar un colectivo que abogara por esta causa.

Con el tiempo, más voces se unieron al movimiento hasta convocar una rueda de prensa en donde el colectivo exigió a los diputados federales aprobar cuatro puntos ciudadanos contenidos en la reforma política. Si bien ésta no se aprobó en su totalidad, el movimiento representa una lucha constante a favor de los derechos ciudadanos y en contra de la indiferencia política.

10 notas positivas

1.    Se lleva a cabo la Primera Cumbre Ciudadana para Construir un México Pacífico y Justo.

2.    Estudiantes mexicanos levantan la voz y se hacen escuchar con #YoSoy132.

3.    Se firman acuerdos educativos entre México y la Comunidad del Caribe.

4.    México e Italia firman colaboración bilateral.

5.    El director mexicano Michel Franco brilla en el Festival Internacional Cannes 2012.

6.    Se realiza la Muestra de Cine Jalisciense.

7.    Alistan plan de pavimentación para zonas marginales en Jalisco.

8.    El Festival Cultural de Mayo llena la ciudad de color.

9.    Preparan en Guadalajara medio maratón con causa.

10.    Jalisco consigue cuatro medallas áureas y     cuatro plateadas en tiro deportivo.

Mar Adentro propone

Para  leer…

En su libro Redentores: Ideas y poder en América Latina, Enrique Krauze recorre este apasionante continente y analiza su pasado y presente.

Para  saber… 

Según investigación de la Universidad Metropolitana Autónoma (UAM), 75% de los jóvenes mexicanos no votará en las próximas elecciones.

Para conocer…

Asiste a los últimos eventos del Festival Cultural de Mayo este fin de semana.