Mobiliario urbano debería respetar el espacio público: experto

GUADALAJARA, JALISCO (19/JUL/2012).- El espacio público no es un territorio salvaje o la tierra de nadie, tampoco se puede colocar ahí de manera “aleatoria” un poste, una rampa, un señalamiento, una cabina de teléfono o una maceta. El mobiliario urbano juega un papel decisivo en la ciudad, el problema radica cuando éste le falta el respeto a las áreas comunes, explica Alfredo Hidalgo, arquitecto y organizador del foro Com:plot.

“El mobiliario urbano debería ubicarse de manera inteligente en el espacio público. De repente, uno encuentra bancas –orientadas- hacia la parte más peligrosa de un parque  o de una plaza, por ejemplo, las bancas no se relacionan con la sombra de los árboles. Los obstáculos en la vía pública son fundamentales para entender el uso adecuado del mobiliario urbano”, dice Alfredo Hidalgo, quien añade que elementos inarmónicos se convierten en un limitador o en el blanco del rechazo, de la población. 

Alfredo Hidalgo lamenta los pocos instrumentos legales para la regulación del uso del mobiliario y agrega que el Centro de Infotectura y Tecnología Aplicada (CITA) diseñó el Manual de Imagen Urbana de Guadalajara, documento sugiere la ubicación de los elementos y objetos en el espacio público.

Este manual ganó el premio 2008 de Accesibilidad Arquitectónica y Urbana para municipios Latinoamericanos, distinción otorgada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

Alfredo Hidalgo explica que “desgraciadamente no está reglamentado de manera estricta cómo se conforma una banqueta y eso obedece entre otras cosas a que el proceso de urbanización de la ciudad ha sido dispar”. Tampoco, dice, se han establecido los mecanismos adecuados para decidir qué se puede y no hacer en el espacio público.
 
EL INFORMADOR / MAYRA TORRES