No le dieron la importancia debida

GUADALAJARA, JALISCO (09/ENE/2013).- La ley es dura, pero es la ley. El procedimiento de depuración policial es bueno, pero no se le dio la importancia debida en su momento, aunque las corporaciones tuvieron más de dos años para hacerlo y el tiempo se vino encima.

Gerardo de la Cruz Tovar, profesor investigador de la Universidad Panamericana (UP) y experto en seguridad pública, indica que La Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública —publicada en el Diario Oficial de la Federación el 2 de enero de 2009— buscó la depuración de los cuerpos policíacos y obliga a la aplicación de exámenes de control de confianza.

“Previo a ello se buscó a representantes de la sociedad y directores de seguridad pública, pero no se le dio la importancia debida en su momento. Ni cuando se emitió la ley ni cuando se aplicó esta serie de exámenes. Tuvieron más de dos años para hacerlo y el tiempo se les vino encima”.

El académico señala que existen muchas obligaciones que dependen de la certificación policial, pues las corporaciones dejaron que se les agotara el plazo e incluso pidieron una prórroga: “Una cantidad considerable de agentes tendrán que ser dados de baja no por una ocurrencia, sino porque así lo marca la ley que se determinó hace dos años y en ese momento a nadie le pareció incongruente”.

Y resalta que los directores de policía no se preocuparon por darle suficiente preparación a sus elementos: “El problema es que no lo atendieron y eso nos va a traer más inseguridad, con la creciente en delitos de alto impacto”.