Pide cardenal a nuevos sacerdotes no cometer errores que cuesten a la Iglesia

GUADALAJARA, JALISCO.- Al encabezar la mañana de este día, la ceremonia de ordenación de dos nuevos sacerdotes y 26 diáconos en la Catedral Metropolitana, el cardenal Juan Sandoval Iñiguez exhortó a los nuevos clérigos a perseverar en la virtud y no cometer errores “que cuesten caros a la Iglesia”. El arzobispo de Guadalajara respaldó plenamente en su homilía el reciente mensaje del Papa Benedicto XVI, en el que condenó la propagación de conductas homosexuales y transexuales, mediante una “ecología del ser humano”.

En la tradicional ordenación sacerdotal del 24 de diciembre, el cardenal Sandoval impuso las manos y transmitió la dignidad de sacerdotes a dos jóvenes seminaristas: José de Jesús Ramírez Lemus y Gilberto Huerta Reyes, quienes ya forman parte del conjunto de clérigos de la Iglesia de Guadalajara --uno de los más numerosos entre las diócesis del país--, calculado por la Conferencia del Episcopado Mexicano en mil 370 sacerdotes, que deben atender 422 parroquias.

Además, el purpurado confirió la categoría de diáconos a 26 seminaristas que, aproximadamente en un año, según sea el caso, podrían también solicitar y recibir la categoría de sacerdotes.

En el mensaje pronunciado ante una numerosa feligresía que abarrotó los espacios disponibles en la Catedral, el cardenal Sandoval se refirió a la postura externada por el Papa el pasado lunes, cuando se reunió en el Vaticano con miembros de la Curia Romana, contra la difusión de la homosexualidad, pero también se refirió a la acción contraria: “Pero cualquiera tiene que moderar sus pasiones (...) eso que ande con lo mismo, un hombre que sea muy macho pero muy mujeriego no está en gracia en Dios, y tampoco obra bien”.

El Pontífice de la Iglesia Católica criticó las operaciones de cambio de sexo y subrayó que deben evitarse las conductas homosexuales y transexuales. “Al igual que las selvas tropicales merecen nuestra protección, el hombre, como criatura, no merece menos que eso”, dijo Benedicto XVI, y habló de una “ecología del ser humano que lo proteja de la autodestrucción”.