Jueves, 09 de Octubre 2025
Jalisco | “El mes próximo, el 27 de octubre cumplo 51 años” dijo el cardenal

“Salí del cascarón cuando fui obispo de Ciudad Juárez”: Juan Sandoval

Con el gobernador no se reúne en privado “desde aquel abril trágico”

Por: EL INFORMADOR

El arzobispo de Guadalajara celebrará en octubre próximo 51 años de sacerdocio; tres días después de haber cumplido 75 de edad, en marzo pasado, presentó al Papa Benedicto XVI su renuncia, pero éste dispuso que siguiere en el cargo. Fue uno de los cardenales más apreciados por Juan Pablo II, pero dice de sí mismo: “no me siento nada especial”.

GUADALAJARA, JALISCO.- Nació en Yahualica, Jal., el 28 de marzo de 1933. Ingresó al Seminario diocesano de Guadalajara, el 11 de noviembre de 1945. Sus superiores lo enviaron a continuar sus estudios en Roma, en 1952, donde obtuvo la licenciatura en Filosofía y el doctorado en Teología Dogmática, en la Pontificia Universidad Gregoriana. Recibió la Ordenación Sacerdotal el 27 de octubre de 1957, en la misma Ciudad Eterna. En 1961, regresó a México, y fue asignado al Seminario Menor de Guadalajara como Director espiritual y profesor. Posteriormente, fue Prefecto de filósofos y profesor de Filosofía y Teología, en el Seminario Mayor. En noviembre de 1971, el Arzobispo de Guadalajara, D. José Salazar López, lo nombró Vicerrector del Seminario, con oficio de Rector. En 1980 recibió oficialmente este título. El 8 de marzo de 1988, el Santo Padre Juan Pablo II, lo designó como Obispo coadjutor de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde fue consagrado el 30 de abril del mismo año. Cuatro años después, el 11 de junio de 1992, asumió la tarea de Obispo diocesano de la misma Iglesia particular. El mismo Romano Pontífice le dio el nombramiento de Arzobispo de Guadalajara, el 21 de abril de 1994. Tomó posesión de esta Sede el 19 de mayo del mismo año. Cinco meses después, el 30 de octubre, fue nombrado Cardenal de la Iglesia, por Juan Pablo II. Recibió el birrete cardenalicio el 26 de noviembre de 1994.


Señor cardenal, está cumpliendo prácticamente 51 años de sacerdocio…

El mes próximo, el 27 de octubre cumplo 51 años.

¿Qué fue lo que lo marcó para la vida sacerdotal? ¿Cuál fue la experiencia decisiva para ello?

Hay muchas preparaciones y un ambiente que va favoreciendo, mi familia era sencilla, de campo, pero cristiana. Mi madre fue piadosa, había sido catequista antes de casarse, sabía mucho catecismo y Sagrada Escritura y ella me contaba de las páginas del Antiguo Testamento con buena memoria, luego había en mi tierra muchos sacerdotes, el párroco Ignacio Iñiguez, y el famosísimo padre Severito López, que eran figuras sacerdotales muy amables, identificadas con el sacerdocio e inspiraban. Todo eso creo en mi un aprecio al sacerdocio, un ambiente de fe. Cuando terminé la primaria, que fue en 1945, no sabía qué iba a ser, a los 12 años no tienes ni la tarde siguiente, pero tuve una invitación de un seminarista, que me dijo que ahí se enseñan muchas cosas, y jugaban otras cosas y me fui a los 12 años al Seminario de Guadalajara.

¿Qué jugaba?

Jugaba futbol, en la casa teníamos una pelotita y jugábamos en el bosque de Santa Eduwiges los jueves y los viernes por la tarde, y si podíamos a veces voleibol.

¿Era defensa o delantero?

Era medio…

¿Y tenía buen toque?

La verdad es que nunca fui muy bueno para jugar.

Está en la antesala de dejar la cabeza de la Arquidiócesis de Guadalajara. ¿Por cuánto tiempo estará al frente?

No va a ser por mucho, ciertamente no paso de los 80, eso es segurísimo. En la Iglesia, como estamos actualmente, toda la responsabilidad directa cesa a los 80 años para cualquier cardenal. El Papa Benedicto XVI consideró que a mis 75 años todavía podría seguir adelante, pero no pasará de 80; debe ser antes de que cumpla los 80 años.

¿Cómo es la estructura que da pie a que surja un arzobispo?

Mucha gente me ha preguntado qué se estudia para llegar a cardenal o arzobispo. Para eso no hay estudios, estudiamos para ser sacerdotes, a algunos se nos da el privilegio de ir a la universidad, como a mí que me becaron y fui a Roma, pero fue para ser sacerdote, no fue para otra cosa. A lo largo de nuestro ministerio, la Iglesia va viendo nuestras capacidades, nuestra responsabilidad, nuestra posibilidad de conducir y en un proceso muy cuidadoso, de mucha consulta.

Sin embargo, en el contexto del Colegio Cardenalicio se le reconoce como uno de los cardenales más preparados en algunas disciplinas…

Todos los cardenales son gente extraordinaria, cuando llegan a cardenal están muy preparados, no me siento nada especial. Digo con humildad que soy cardenal, porque soy arzobispo de Guadalajara, y porque la primera sede cardenalicia de México es Guadalajara.

Pero ha ocupado algunos cargos importantes…


Eso se lo debo a la bondad del Papa Juan Pablo II, quien me dio honores grandes como ser relator general del Sínodo de América en 1997, desde Canadá a Argentina; era el secretario general del sínodo, llevaba la dinámica de los documentos, y fue un  honor muy grande. Después, el Santo Padre, el Papa Juan Pablo II, antes de morir, me nombró presidente delegado del Sínodo sobre la Eucaristía del 2005, y cuando se llevó a cabo el Sínodo ya había muerto el Papa Juan Pablo II, y el Papa Benedicto XVI ratificó el cargo, fue un nombramiento de gran honor, porque el del 97 fue de América, pero el del 2005 fue un nombramiento de nivel universal, de toda la Iglesia.

Pero eso quiere decir que se necesitan aptitudes específicas para esos cargos…

Quien sabe, a lo mejor sí, yo no juzgo

De su experiencia en el trabajo de la Arquidiócesis de Guadalajara, ¿qué es lo más significativo?


He tenido pocos cargos. A lo largo de 51 años he tenido sólo tres cargos: estuve 27 años en el Seminario de Guadalajara, fue cuando estuve joven, tenía mucha salud y energía, y me gustaba el trabajo de la formación de seminaristas. El segundo cargo fue cuando me mandaron a Ciudad Juárez como coadjutor primero, y luego como titular, para ver una realidad distinta a la de Guadalajara; salí del cascarón, de una vida encerrada con toda la problemática de México acumulada, allá se acumula la pobreza, el narcotráfico, la marginación. Tuve esa experiencia de seis años que me hizo cambiar mucho, en cuanto a la perspectiva del mundo. Si hubiera salido del seminario directamente a arzobispo de Guadalajara habría sido diferente, pero venía de una frontera con muchos problemas y con la influencia de Estados Unidos; cuando vine a Guadalajara venía preparado en muchos sentidos.

Hace algunas semanas hubo una reunión en la Cámara de Comercio a la que acudieron empresarios, académicos, líderes sindicales, líderes religiosos y sociales donde se dieron cita entre 60 y 70 personas y se habló del tema de la controversia constitucional que promovió el Poder Ejecutivo del Estado, para combatir lo que se ha calificado como excesivo financiamiento para los partidos políticos. ¿Qué nos puede comentar?

Fue una reunión singular porque se reunieron las cabezas de Jalisco, el gobernador, su secretario de Gobierno, los empresarios y líderes religiosos, se trató ese tema, pero hubo otros temas; cada quien habló libremente de lo que quiso. Se percibió que la sociedad ahí representada apoya al gobernador, quiero dejarlo claro, que apoya al gobernador en esa controversia acerca de los excesos en asignarse recursos a los partidos; creo que no es correcto que así sea, en la federación les bajan el 11 por ciento y aquí les suben el 500 por ciento, eso fue lo que se trató en general.

¿Cómo califica, en particular, el financiamiento que se da a los partidos políticos?

Siento que el pueblo pide desde hace mucho tiempo campañas breves y no dispendiosas, no podemos pasarnos la vida sacándole punta al lápiz, porque se acaba, es decir gastándonos el dinero y todo en campañas y campañas. Y a los gobernantes les dan mucho tiempo en campañas y luego muy poquito tiempo para gobernar. Máxime si luego el que es alcalde quiere aspirar a algo más arriba, deja al compadre dos años, y entonces resulta más larga la campaña que el mandato. Entonces uno quiere que las campañas sean breves y que no sean costosas y que el gobernante elegido para un cargo cumpla sus tres o seis años.

Los partidos políticos, están considerados como entes de interés público, se habla que han acaparado la vida pública. ¿Son prácticamente los partidos políticos los que gobiernan?

Exactamente, los partidos y luego se pelean el Legislativo y el Ejecutivo, estamos en una partidocracia. Una partidocracia es un grupo de gente, porque en el partido son muchos los afiliados, pero quienes mueven el atole son pocos, y a la hora de la hora son ellos los que mandan y ¿qué es lo que tenemos?, que ahora en México no tenemos democracia, tenemos una oligarquía, un grupo de pocos que son los que en realidad llevan la vida del país adelante, por buenos o malos caminos. Pero la gente no tiene otro recurso que votar por el que le pongan enfrente, porque ya no hay ni siquiera candidatos de la ciudadanía, que no estén afiliados a partidos, todos deben estar afiliado a un partido.

¿Los intereses de los ciudadanos no están representados en los partidos políticos?

Deberían, pero me parece que mientras andan en campaña prometen mil cosas muy bonitas, pero cuando están en el cargo se olvidan de todas las promesas, van más por intereses de grupo y de partido… o por el dinero.

Se ha criticado que en Jalisco los partidos políticos han aprobado en el Congreso una serie de leyes e iniciativas que no son representativas de lo que quiere la sociedad…

Una de las cosas que me parecen graves en el Estado es el poder tan ilimitado del Congreso. Por muchos años tuvimos el predominio del Poder Ejecutivo; en aquellos 70 años, el Ejecutivo era el único que mandaba, los diputados con que supieran dormir y levantar el dedo eran buenos diputados. Ahora pasamos a la contraria, ahora el Ejecutivo está maniatado, los diputados si no quieren no le aprueban presupuesto, proyectos, ahora todo es el Legislativo, y el Judicial ni quien lo valore. La democracia funciona cuando hay división de poderes: el Ejecutivo, Legislativo y Judicial, pero cuando estos poderes están acotados, están controlados unos por otros, es un balance muy difícil de realizar, que requiere una sociedad madura y gente consciente. En Estados Unidos más o menos funciona esto, aunque les ha costado mucho trabajo, pero los poderes están acotados, ninguno es absoluto, pero aquí parece que el Congreso es el Poder absoluto y que ha hecho reformas a su modo para su conveniencia. A los institutos ciudadanos, creados para ser contrapeso, los han modificado para que les den la suave.

¿A los ciudadanos nos ha faltado tener más madurez y participación?

Sí, la formación política del mexicano es bajísima, no sabe cuáles son sus derechos ni sus obligaciones y no cumple ni con una ni con otra, para el pueblo basta con que vaya a votar y ya, y espera que todo le llegue del cielo y no le está exigiendo nada al gobernante. Cómo vas a elegir un buen gobernador, si no sabes cuáles son las tareas del gobernador y si no conoces las capacidades del candidato y eso la gente no sabe. Nada más le ponen al mono en un poste con un póster, le hacen mucha propaganda y votan por él, porque es simpática.

Aparte de esa reunión en la Cámara de Comercio, ¿ha tenido encuentros privados con el gobernador Emilio González?


Recientemente no… hace cuatro o cinco meses que no tengo reunión particular con él.

¿Será desde aquella del 23 de abril?

Sí, desde aquel mes de abril… trágico (risas).

¿Cuál es su balance del conflicto de la Universidad de Guadalajara?


Lo que quiero decir es que fue un conflicto interno de la UdeG, no fue un conflicto de la universidad con la autoridad o la sociedad. Por lo tanto, se procedió bien a dejar que ellos arreglaran el conflicto de mandos, de poder; ellos lo arreglaron conforme a lo que determinó el Consejo Universitario, y me parece que es correcto.

¿Cómo calificaría la obra cultural que ha promovido Raúl Padilla a lo largo de los últimos 20 años?

No quiero entrar en esos temas, no quiero ni aprobar, ni desaprobar el trabajo de Raúl Padilla.

EL INFORMADOR/Víctor E. Wario

* Versión resumida de la entrevista realizada en Tlaquepaque, el lunes 8 de septiembre de 2008, para el programa “Cara a cara” del Grupo Promomedios Radio.

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