Santo Toribio aumenta su magnetismo religioso

SANTA DE GUADALUPE, JALISCO (25/FEB/2012) .- Día con día el poblado alteño de Santa Ana de Guadalupe se da a conocer ante los católicos del occidente del país y ante connacionales que radican en los Estados Unidos. La razón: el creciente culto a Santo Toribio Romo: el más popular de los santos mexicanos canonizados por el ahora beato Juan Pablo II en el año 2000.

A esta localidad, ubicada en las tierras áridas de los Altos de Jalisco, acuden creyentes por distintos motivos ante el también llamado santo patrono de los migrantes mexicanos; ya sea el agradecimiento por un favor recibido o la súplica ante una necesidad.

En la fecha del 84 aniversario del martirio de quien fuera vicario de la parroquia de tequila; peregrinos acudieron al poblado del municipio de Jalostotitlán, lugar donde en 1928 muriera el Santo.

Jorge Orozco es michoacano de Cotija, dice que se ha adeudado en forma permanente con Santo Toribio, "ya que él me curó a un hijo de leucemia. Ahora éste ya tiene 16 años. Hace dos años le pagué la manda. Ahora vine de nuevo. Vivo en Turlock, California. Allá a Santo Toribio, cada día lo conoce más gente en Fresno, Sacramento y muchas ciudades.. Mi esposa es de Jalostotitlán y por ella me enteré del santo".

Otro jalisciense avecindado en, Anaheim, California: Jorge Gutiérrez, también comenta "que en Estados Unidos cada vez más se conoce al padre Toribio, no sólo por gente de Jalisco, sino de todo México".

Efraín García acudió desde Zamora, Michoacán a pedir por sus familiares radicados en California, a petición de ellos.

El teólogo Federico Márquez, quien hace su servicio pastoral en el santuario de este pueblo comenta que gracias a que el primer milagro reconocido a Santo Toribio fue para un migrante, su devoción se ha popularizado y crece día a día; debido a que muchas familias mexicanas dependen económicamente de sus seres queridos en el país vecino, el culto a este santo se extiende gradualmente.

Emilio Rodríguez, es un habitante del municipio Cuquío. Estuvo en Santa Ana de Guadalupe "para agradecer la mejoría por mis enfermedades de los riñones y la próstata".

De ser un caserío sencillo, ahora Santa de Guadalupe va tomando traza urbana a raíz del movimiento económico y el flujo de visitantes que genera el culto a Santo Toribio, comenta el síndico de Jalostotitlán, Rubén Pérez, quien asevera que en forma gradual este poblado ha aumentado su equipamiento urbano, como mejoras en sus calles y sus áreas de estacionamiento.

Federico Márquez comenta que el récord que se tiene registrado de camiones que arrivan es de mil 500 en un día, lo que supuso 60 mil visitantes.

También informó que ya se tiene una avance de más del 80 por ciento del santuario, lo que supone un espacio de asamblea de culto con capacidad para dos mil personas sentadas.

El teólogo comunicó que este recinto fue construido a base de cantera rosa de la región alteña y a cargo del diseño arquitectónico estuvo el fraile experto en arte sacro, fray Gabriel Chávez de La Mora.

Entre tiendas de dulces, de ropa, de recuerdos y objetos religiosos, se destacan por su escandaloso olor a carnitas de cerdo, los expendios de comida que hay desde el crucero a Jalostotitlán y San Miguel hasta la calle principal de este poblado que se posiciona cada vez más en la geografía religiosa mexicana.


Para saber

El espacio cultual de Santo Toribio lo componen dos capillas. Una construida en 1978 por el sacerdote Román Romo (hermano del santo) y otra en la cima de una pequeña meseta que domina el panorama. Ambas se comunican por una calle empedrada.

También hay una réplica de lo que fuera la casa donde vivió la familia Romo.

Se prevé inaugurar el nuevo santuario a fines del año en curso.

Santa Ana de Guadalupe se ubica a 140 kilómetros de Guadalajara por la ruta más corta de la autopista a Lagos de Moreno.


EL INFORMADOR / SALVADOR Y MALDONADO