Viernes, 10 de Octubre 2025
Jalisco | El jefe de la segunda Brigada de la Conafor revela detalles del desastre natural

''Un bosque naranja'', a un mes del incendio en La Primavera

Ya son 28 días de que el incendio arrasó con una parte del Bosque de la Primavera, que pagò caro el precio de la apatía en su plan de manejo

Por: EL INFORMADOR

Una prueba del desastre natural que se generó por razones que la autoridad ambiental, e incluso la fiscalía federal no dilucidan.  /

Una prueba del desastre natural que se generó por razones que la autoridad ambiental, e incluso la fiscalía federal no dilucidan. /

GUADALAJARA, JALISCO (19/MAY/2012).- Un suelo ennegrecido que repele los pasos sobre él; crujidos que advierten obvio malestar en una tierra con escasos brotes de vida. Evidentemente, el Bosque La Primavera rehúsa caer a totalidad a consecuencia del fuego que le hirió el mes pasado; sin embargo, el panorama que ofrece a la vista, a 28 días de que las llamas cruzaron su espacio, es preponderante e indiscutiblemente naranja.

Los pinos ya no lloran su resina; ésa fue usada arteramente por el fuego como combustible para arrasar con los brotes de la mayoría de especies que aún se mantienen firmes, estoicas, sobre las laderas de la reserva. "Son las zonas en donde el fuego alcanzó a quemar hasta la punta", expone el jefe de la segunda brigada de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) comisionada al Bosque La Primavera, Lucio Mora Robles.

Dicharachero, malhablado y con el humor suficiente para regresar a las zonas que antes defendió de la quema que atrajo la atención del país entero, el brigadista de 54 años revela los detalles que mucho se difundieron, pero poca atención de la autoridad recibieron, cuando una decena de helicópteros surcaban los aires del pulmón metropolitano. El primero: 72 horas sin descanso alguno, luchando contra la lluvia de ceniza ardiente que el aire les concedió, sin mayor pretexto que dificultar la labor de su cuadrilla.

Detiene su paso frente a un roble alto, levanta su dedo índice y apunta a la copa. "¿Ves ahí? No hay nada. Eso significa que éste ya murió". Pero su ánimo de esperanza es mayor, pues si bien el recorrido por la reserva forestal muestra espacios carentes de vida, que las aves --y no los insectos-- prefieren evadir por la tristeza del escenario, los árboles más "golpeados", aún a este punto, dan muestra de nuevos brotes.  

El optimismo es fuerte. Probablemente, en el temporal de lluvias que se halla próximo el verdor regrese. El jefe Lucio tiene autoridad moral y experiencia suficientes para arrojar un pronóstico de tal magnitud. Sin embargo, las zonas muertas de La Primavera, ésas que se mantienen en pie sin querer de verdad estarlo, y cuyo aspecto difícilmente puede calificarse como bello, aún demorarán tres lustros en retomar su verde natural.

El recorrido por pendientes, laderas accidentadas y vegetación naranja sigue su curso en una camioneta todo terreno de la Conafor, a la que hace tiempo se activó su doble tracción. El escenario fuera de los cristales cambia conforme el poderoso vehículo se adentra a las entrañas del Bosque, al paso de un pino agónico y otro no; de un encino que muestra orgulloso su frescura en medio del desastre para otros de sus hermanos, que no corrieron con la misma suerte que él, o que le cubrieron del fuego para que continuara su ciclo.

Espacios grises: los menos, aunque ahí están. Una prueba del desastre natural que se generó por razones que la autoridad ambiental, e incluso la fiscalía federal, no alcanzan a dilucidar hasta este punto, pero que La Primavera guardará por años como cicatrices que le causó deliberadamente la mano del hombre...

EL INFORMADOR /ISAACK DE LOZA

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones