Una idea que permite acuerdos perversos

GUADALAJARA, JALISCO (10/ENE/2013).- La creación de las coordinaciones regionales en materia de seguridad es benéfica para la coordinación de las autoridades en materia de políticas públicas, fluidez de la información y transparencia, pero también una navaja de doble filo, una división afortunada cuyas debilidades permiten acuerdos perversos debido a la corrupción.
 
Jorge Tejada Montaño, profesor de derecho procesal penal del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (Iteso) y miembro directivo de la Barra Mexicana de Abogados, indica que la regionalización debe entenderse en sentido contrario a la reforma en seguridad, que dicta la homologación de políticas públicas: "Es una respuesta al manejo público de Felipe Calderón. Las tareas operativas ya estaban distinguidas por regiones; ahora se le da un trato más formal, con lo que la información fluirá con mayor rapidez y la sociedad puede informarse sobre lo que se hace en una zona en específico".
 
El experto en seguridad explica que la regionalización es un arma de dos filos debido a la corrupción y las alianzas regionales que pudieran surgir al aplicarla. "La flor negra de esta buena idea es que esta división que ayuda al combate es la misma que ayuda a vencer a un enemigo. Además, los generales de cada región podrían alinearse según intereses políticos".
 
Agrega que de este modo el poder del narco se simplifica para tomar el mando de una región, y así los cárteles pueden disputar una zona sin tener que generar acuerdos en otras regiones. "La misma precisión que nos dan las regiones, es la vulnerabilidad con que se dejan los mandos de esas regiones por el poder de la corrupción".
 
Aunque ello podría ser evitado con los exámenes de control de confianza y la certificación de los cuerpos policíacos, ésta es una estrategia que puede calificarse como "el gran fracaso de la reforma y modernización".
 
EL INFORMADOR / ROBERTO CONTRERAS