Urge producir maíz con menos agua y fertilizantes

GUADALAJARA, JALISCO (11/MAY/2011).- El incierto comportamiento de las lluvias y el alto precio de los fertilizantes derivados del petróleo, representan el reto urgente de eliminar la dependencia de estos factores en la producción de maíz y trigo, dos productos de gran importancia en el mercado nacional de alimentos y en el ámbito internacional.

Para ello, el Gobierno federal ha instrumentado el proyecto conocido como Modernización Sustentable de la Agricultura Tradicional (Masagro), que tiene como objetivos elevar por lo  menos  en nueve millones de toneladas la producción de maíz, y en 350 mil toneladas la cosecha anual de trigo a lo largo de 10 años. Tales montos suponen elevar en poco más de 30 y 10%, respectivamente, los volúmenes de ambos cereales, según las cifras de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación ( Sagarpa).

El proyecto cobra importancia porque permitirá reducir las importaciones de ambos cereales en un contexto internacional de precios volátiles que se augura para varios años en el  futuro cercano, y porque repercutirá favorablemente en por lo menos seis mil 500 familias de agricultores de bajos ingresos.

La operación del proyecto Masagro correrá a cargo del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt, un organismo de investigación con sede en Texcoco e integrado a las Naciones Unidas), y tiene el objetivo de generar ganancias por 10 mil millones de pesos en una superficie de 1.4 millones de hectáreas.

Al respecto, el investigador del Cimmyt, Bram Govaerts, resaltó que entre las acciones prácticas del programa está el empleo de semillas de calidad adaptadas a las condiciones de cada lugar, por lo que se recurrirá al banco de material genético del que dispone el organismo. Agregó que se recurrirá a las semillas resistentes a sequías, sobre todo en lugares de reducida o errática precipitación.

También habló de la necesidad de aplicar fertilizantes nitrogenados de acuerdo con la demanda de cada parcela, porque de lo contrario se desperdiciarían los recursos económicos, tanto los de los subsidios oficiales, como de los que invierten los agricultores. Mencionó que para ello habrá que aplicar instrumentos que permitan una medición precisa de este fenómeno, como estudios específicos de los suelos y el uso de sensores.  

El especialista hizo énfasis en que el ahorro de agua y la conservación de suelos son dos temas indispensables dentro de la agenda para enfrentar el cambio climático, cuya prospectiva plantea para México el riesgo de incrementar su dependencia alimentaria del exterior en productos de importancia estratégica, como son  los granos.  

También puntualizó que por el hecho de que México no contempla en su legislación el uso autorizado de semillas transgénicas para la agricultura comercial, el proyecto Masagro no le apuesta a la utilización de los organismos genéticamente modificados en el campo mexicano.