‘‘De festejos e informes’’

Más que temporada de festejos bicentenario y centenario de hechos que no se dieron entonces, pero que para complacer al tlatoani en turno corresponde festejar y han decidido que se festeje con informes, temporada de informes en los que no se informa nada que interese al infelizaje, así lo hizo nuestro amado señor Presidente don Felipe Calderón Hinojosa, lo hizo el señor gobernador Peña Nieto, en tono casi presidencial, lo hicieron una multitud de senadores, diputados, líderes sindicales, jerarcas de asociaciones civiles y hasta el sindicato único de ficheras revolucionarias de occidente (SUFRO, por sus siglas en cutilengua); todos los temas tratados en los mencionados informes, sólo les interesan a ellos y a los que se los hicieron, y si no son totalmente mentirosos, porque alguna verdad se les puede escapar, sí son de una intrascendencia absoluta, o diga mi solitario lector si usted mismo escuchó voluntariamente uno o sabe de alguien que voluntariamente oyera siquiera uno de ellos. Sinceramente espero que esto no se convierta en una moda política como hay tantas.

Como somos un país de mentiras, prefiero escuchar las que dicen de los héroes patrios, que si oyeran las palabras que dicen que dijeron, se volverían a morir. De seguro que entre los informes y los festejos aquello será un verdadero revoltillo.

Pero esta semana ocurrió algo a lo que casi nadie dio importancia, y yo creo tiene mucha, ya que es algo extraño o cuando menos poco usado. Resulta que un convoy del Ejército disparó y mató a dos sujetos, lo que ya había sucedido en otras ocasiones y todos lo sabíamos y no por sabido deja de ser condenable, el único que no lo sabía era el Gobierno federal que por vez primera aceptó, si se quiere primero de forma muy tímida, que esto pudo haber sucedido, que el convoy disparó contra ciudadanos, ya que considerándonos como menores de privilegio siempre afirmaban que fallecían en fuego cruzado, el hecho es lamentable, pero decir la verdad puede empezar a crear un buen precedente respecto de un Gobierno en todos sus niveles cuya norma fundamental es la mentira, pero aunque no va a pasar nada debemos reconocer que es un avance que puede ayudarnos a diagnosticar qué tan mal estamos.

Porque no todo el mundo mantiene el optimismo del tlatoani, esta semana el NYT nos puso del asco y sugirió que no entreguen fondos del Plan Mérida, porque según muchos analistas esto no está funcionando, por mi parte aunque creo que estamos perdiendo, apoyo al Presidente porque yo no tengo un plan mejor.

Al que le tengo mucho miedo es a García Luna, lo considero de la misma calaña que los megacapos y ojalá que no me pase nada por andar de hocicón.