Lunes, 13 de Octubre 2025
México | El virus causa un grave síndrome pulmonar

El Hantavirus en México, misterio por descifrar

Especialistas desconocen estudios que establezcan cuántas personas están infectadas con ellos ni cuáles especies de roedores son sus reservorios

Por: SUN

CIUDAD DE MÉXICO (17/MAY/2010).- En 1993, dentro de una región del sur de Estados Unidos que recibe el nombre de las Cuatro Esquinas, porque en ella convergen los estados de Nuevo México, Utah, Colorado y Arizona, hubo un brote de una enfermedad que al principio atacó a integrantes de algunas tribus nativas; incluso, no pocos indígenas navajos comenzaron a morir.

Las autoridades sanitarias estadounidenses pensaron en un primer momento que se trataba de una enfermedad específica de indígenas americanos, pero luego se dieron cuenta de que más bien esa región geográfica era la que estaba infectada con algún virus.

“Después de realizar muchas investigaciones y buscar en aves, murciélagos y otros animales, se descubrió que el causante de la misteriosa enfermedad era un Hantavirus transmitido por roedores”, explica Gerardo Suzán Azpiri, investigador del Departamento de Etología, Fauna Silvestre y Animales de Laboratorio, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Las autoridades sanitarias estadounidenses no habían considerado que el causante de la enfermedad fuera un Hantavirus, porque la sintomatología encontrada en los pacientes infectados era muy diferente de la originada por ese género de virus en Europa y Asia, donde da origen a la fiebre hemorrágica con síndrome renal (el nombre del género Hantavirus proviene del Río Hantan, al norte de Corea del Sur, cerca del cual se aisló originalmente el miembro prototípico: el virus Hantaan).

Con estudios moleculares identificaron al mencionado virus, lo cual dio inicio a una serie de investigaciones que permitieron descubrir que los Hantavirus estaban en todo el territorio de Estados Unidos y en Canadá. Más tarde se empezaron a recibir de Sudamérica reportes de casos del llamado síndrome pulmonar por Hantavirus.

“En cuanto a México, hemos detectado la presencia de anticuerpos contra Hantavirus en distintas especies de roedores, pero no tenemos reportes del síndrome pulmonar por Hantavirus en seres humanos. La razón de esta falta de información es que no hemos investigado suficientemente estos virus y carecemos de la educación médica necesaria para diagnosticar a una persona que tenga la enfermedad”, dice Suzán Azpiri.

En todo el país

Varios investigadores están convencidos de que muchos tipos de Hantavirus están distribuidos en México. Es más, se han identificado roedores portadores de ellos en Tamaulipas, Chihuahua, Colima, Estado de México, Puebla, Distrito Federal y Chiapas.

“Es razonable pensar que se hallan en el país porque de hecho están en todo el Continente. México no puede ser una isla; las enfermedades no pueden desaparecer aquí y aparecer en otro lado”, comenta el investigador universitario.

En efecto, decenas de virus del género Hantavirus están reportadas en el Continente, de ahí que se crea que en México debe haber muchos más, debido a que aquí abundan las especies de roedores que los transmiten.

El principal reservorio de los Hantavirus en Estados Unidos es el Peromiscus maniculatus, roedor que también habita desde el Norte hasta el Centro de México. Y en Chiapas se han encontrado algunas especies del género Oryzomys, que podrían ser también reservorios de ellos.

“Se han encontrado Hantavirus en especies de los géneros Reithrodontomys y Sigmodon. Cabe decir que varias especies de estos géneros viven en las zonas rurales con actividades agropecuarias”.

Los indicadores de la enfermedad

Los síntomas del síndrome pulmonar por Hantavirus se parecen a los de innumerables enfermedades pulmonares, por lo que pueden confundir a los pacientes y a los mismos médicos.

Los síntomas más comunes son fiebre alta, dolor abdominal, muscular y de huesos, decaimiento, problemas respiratorios y acumulación de líquido en los pulmones y en otros órganos. Además, se presentan cambios notables en algunos componentes sanguíneos.

“En Estados Unidos se sabe que estos cambios se asocian a la presencia indudable de un Hantavirus en el organismo de un ser humano. Para un diagnóstico exacto se necesitan análisis de suero y de sangre que permitan detectarlos”.

En nuestro país, el único laboratorio donde se efectúan oficialmente estos análisis para diagnosticar Hantavirus está en la Ciudad de México y pertenece al Instituto Nacional de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (INDRE).

“La gente encargada de él nos está apoyando mucho con diagnósticos de Hantavirus”, informa Suzán Azpiri.

En algunos países de Sudamérica, como Argentina y Chile, se toman muestras de algunas personas fallecidas con síntomas similares, pero a quienes no se les pudo hacer un diagnóstico preciso. Por eso se sabe que hay varios tipos de Hantavirus en esa parte del Continente.

Periodo de incubación

Aunque una persona puede adquirir el síndrome pulmonar por Hantavirus por la mordedura o la saliva de roedores, la vía más reconocida de contagio es la aérea: inhalación de partículas virales contenidas en las heces de esos animales.

“Se sabe que las personas que tienen Hantavirus estuvieron en algún lugar donde se almacenan granos y cereales, y donde, por consiguiente, abundan los roedores, los cuales dejan sus heces infectadas por todas partes. Cuando el polvo contaminado con las heces se levanta, las personas inhalan éstas y el virus llega a almacenarse directamente a sus pulmones. Por eso es recomendable mantener esos sitios muy limpios”.

Más información al respecto en el siguiente correo electrónico: gerardosuz@gmail.com

El cambio climático modifica y deteriora los ecosistemas

Debido muy probablemente, al cambio climático y al deterioro de los ecosistemas, los patrones de distribución de diversas especies de animales se modifican. Diferentes especies de artrópodos que transmiten enfermedades han modificado su distribución geográfica. En cuanto a los roedores que transmiten Hantavirus, ahora se mueven hacia lugares deforestados, donde domina la agricultura y la ganadería, por lo cual ya se han presentado casos de infecciones por Hantavirus en zonas donde antes no había.

“La ignorancia siempre es una debilidad y el conocimiento una fortaleza. No saber qué virus están circulando en el país y qué tanto pueden afectar la salud pública merece un tache para el Sector Salud.

Esto es cierto para cualquier enfermedad, pero sobre todo para una que está pegando en nuestro vecino del Norte, Estados Unidos, y en nuestros vecinos del Sur, como Panamá, Chile y Argentina, entre otros”.

“Quizá no vayamos a morir todos de una infección por Hantavirus, los cuales han estado desde hace miles de años en el planeta.

También es cierto que mucha más gente muere de otras enfermedades, como la diabetes, pero los Hantavirus deben ser estudiados por nosotros, los mexicanos, simplemente porque representan un hueco en el conocimiento que hay que llenar”, explica Suzán Azpiri.

Frase

“El problema es que no sabemos si un Hantavirus estuvo involucrado en la muerte de muchas personas que presentaban problemas respiratorios. Es necesario investigarlo más.”
Gerardo Suzán Azpiri, investigador del Departamento de Etología, Fauna Silvestre y Animales de Laboratorio, de la UNAM.

Ficha Técnica

El corazón también resulta afectado


En varias partes de Centroamérica, principalmente, el síndrome pulmonar por Hantavirus es conocido ahora como síndrome cardiopulmonar por Hantavirus, porque se ha visto que el corazón también resulta afectado.

Ya se tienen reportes de este síndrome en todo el Continente. Por eso se está diseñando un plan de colaboraciones para trabajar tanto con animales silvestres como con seres humanos.

En Tamaulipas ya se han dado los primeros pasos al respecto.

Los ecosistemas diversos amortiguan los contagios

Se estudian los factores ecológicos involucrados en la presencia de Hantavirus en las poblaciones de roedores.

Ya se ha visto que en los ecosistemas fragmentados hay más roedores positivos, mientras que en las zonas más conservadas, con mayor biodiversidad, hay menos, por lo que disminuye la posibilidad de contagio. A esto le llamamos un servicio ecosistémico de protección. Es decir, un ecosistema diverso de alguna manera amortigua la transmisión de enfermedades.

En los ecosistemas más conservados vive una gran variedad de depredadores (águilas, serpientes, coyotes...) que controlan las poblaciones de roedores y que, al mismo tiempo, permiten su diversidad; de este modo, la competencia con otras especies obliga a una con Hantavirus a autocontrolarse.

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