El reto de Josefina: vencer a Peña Nieto

CIUDAD DE MÉXICO (06/FEB/2012).- Desde sus primeros minutos como candidata panista a la Presidencia de la República, Josefina Vázquez Mota puso el reto sobre la mesa: vencer al priista Enrique Peña Nieto, quien encabeza todas las encuestas.

Así, como si se tratara de un acto de campaña en forma, la primera candidata mujer que postula el PAN a la Presidencia afirmó que será la primera en ocupar Los Pinos.

Sin quitar el dedo del renglón, Vázquez Mota señaló a Peña Nieto y al PRI como representantes de la corrupción, por lo que señaló que, más que el fin de una precampaña, es el principio del camino hacia Los Pinos.

Justamente Enrique Peña Nieto dio la bienvenida a Vázquez Mota a la contienda electoral, mediante un mensaje en Twitter.

En su discurso, la ahora candidata presidencial reconoció la calidad y trayectoria de Ernesto Cordero y Santiago Creel, quienes se quedaron con las ganas de ganar la contienda interna; a éstos expresó su respuesta y los invitó a conformar un solo equipo.

Con 86% de los votos escrutados, Josefina Vázquez Mota tenía un irreversible 55%, mientras que Cordero tenía 38% y Santiago Creel apenas contaba con seis por ciento.

Tras conocer el triunfo de la ex secretaria de Educación, el Presidente Felipe Calderón se comunicó vía telefónica para felicitarla; también lo hizo con Cordero y Creel para reconocer sus esfuerzos en la contienda interna.

El primero en hablar durante el acto fue Gustavo Madero, presidente nacional del PAN. En su discurso afirmó que Vázquez Mota será la primera mujer presidenta del país.

En conversación que tuvo lugar tras la presentación de su candidatura, Josefina Vázquez Mota afirmó: “No quiero llegar a la Presidencia sólo por el hecho de ser mujer, sino por lo que propongo”.

Sobre la seguridad, tema que ha ocupado el presente sexenio, aseguró que está preparada para asumir el mando de las Fuerzas Armadas y dar continuidad a la estrategia militar antidrogas del Presidente Felipe Calderón.


LA VOZ DEL EXPERTO

La unidad, el siguiente paso

Víctor Espinoza Valle (investigador del Colef)


Josefina Vázquez Mota logró hacer frente al aparato gubernamental y, aunque era el plan b de la estructura panista, sitúa al Partido Acción Nacional como un instituto más competitivo de cara a la elección presidencial.

Víctor Alejandro Espinoza Valle, investigador del Departamento de Estudios de Administración Pública del Colegio de la Frontera Norte (Colef), indica: “Existía la idea de que sería un contrasentido el que Josefina no refrendara los porcentajes de las encuestas en la elección interna; sin embargo, la expectativa era grande”.

Resalta que no deja de sorprender el resultado obtenido por Ernesto Cordero, lo que evidencia el fuerte impulso de la estructura gubernamental.

Espinoza Valle, doctor en ciencia política por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), subraya que el triunfo de Vázquez Mota en la elección interna sitúa al PAN como un partido más competitivo, pues los estudios mostraban que planteaba mejores probabilidades de competencia frente a Peña Nieto y a López Obrador.

Considera que el desarrollo del proceso interno panista no fue del todo limpio y transparente dadas las denuncias por acarreo, robo y embarazo de casillas, que asemeja a las prácticas del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

El mensaje y desafío, indica Espinoza Valle, es lograr la unidad en el partido, sanar las heridas, pues tiene por delante una gran contienda para enfrentar a Peña Nieto y a López Obrador, que aunque no lo considera, tiene muchas millas recorridas y sin duda crecerá: “El PAN la tiene muy difícil. Tiene en contra ser Gobierno y es más atacable la política gubernamental. Josefina tiene que plantear una línea que, sin enfrentarse al Presidente, la diferencie de la estrategia gubernamental”.


SEMBLANZA

El huracán “Chepina”

Sus cercanos le reconocen capacidad para formar grupos de trabajo; su conservadurismo, pero la apertura que siempre muestra a opiniones distintas, y, por supuesto, su pragmatismo a prueba de balas. Así es Josefina Vázquez Mota, una mujer sabedora de sus fortalezas y debilidades, y que, a través del diálogo y la concertación, se ha convertido en un símbolo del Partido Acción Nacional (PAN). La carrera de Josefina ha sido meteórica. Su ascenso en las estructuras de poder del PAN ha sido vertiginoso; todavía en el año 2000 aterrizó en San Lázaro, siendo prácticamente una desconocida. Sin embargo, la invitación que le giró Vicente Fox a formar parte de su gabinete, cambió su vida. Se convirtió en la primera secretaria de Desarrollo Social (Sedesol) del PAN, lo que automáticamente la puso en la luz pública al dirigir una cartera con mucho presupuesto. Acompañó a Fox durante casi todo el sexenio, renunciando a su cargo para meterse de lleno al proceso electoral en enero de 2006.

Vázquez Mota no dudó y se alineó con las causas presidenciales de Felipe Calderón. La economista por la Universidad Iberoamericana (UIA), coordinó la campaña del actual Presidente con excelentes resultados, lo que valió la titularidad de una de las secretarías con más peso: Educación Pública (SEP). Ahí, Vázquez Mota vivió años contrastantes. Nunca pudo sentirse parte del círculo cercano del Presidente Calderón, y el acuerdo del Mandatario con Elba Esther Gordillo, lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), colocó a Josefina en serias dificultades.

La relación con Elba Esther nunca fue buena, por el contrario, la distancia entre ambas era más que evidente. Vázquez Mota dejó la SEP en abril de 2009; y como ella misma ha declarado, “en contra de su voluntad”. En el libro Los Suspirantes de Jorge Zepeda Patterson, Josefina señala que nunca más “vuelve a tomar una decisión opuesta a su voluntad”. El día que se entera de su destitución en un acto público, muestra su lado humano, y estuvo a punto de desvanecerse, suerte que el equipo de logística se percató y le acercó una silla.

Vázquez Mota se fue a la Cámara de Diputados y se quedó con la coordinación de su fracción parlamentaria. La legisladora logró amplios niveles de consenso en su bancada y tendió acuerdos con actores de peso en el PAN como Francisco Ramírez Acuña o Roberto Gil Zuarth, su coordinador de campaña. El 6 de septiembre de 2011, Josefina dio un paso al costado para aspirar por la candidatura presidencial de su partido.

En caso de llegar a Los Pinos, Josefina Vázquez Mota se convertiría en la primera mujer en convertirse en Presidente de la República. Atrás quedaron los corderos y los creeles, ahora los rivales se llaman Andrés Manuel López Obrador y Enrique Peña Nieto.


CONTRACRÒNICA

De mapaches y carruseles, el nuevo léxico panista

Las peores prácticas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), han aparecido en plenas primarias panistas para elegir a su candidato a Presidente de la República. El día de ayer, el PAN demostró que para acarrear, presionar y movilizar, no hay colores partidistas: es simplemente la cultura política mexicana. El viejo régimen siempre es recordado por su forma de orientar la preferencia electoral: los lonches y el refresco; el acarreo y la cooptación; el clientelismo y las prebendas, todo esto que por tantos años denunció el PAN, se convirtió en acusaciones a diestra y siniestra lanzadas en los discursos de los tres precandidatos a la Presidencia. Un partido que por décadas constituyó un símbolo de democracia y fortaleza institucional, ahora debate en términos divorciados de su historia: urnas embarazadas, acarreos y clientelismos son rasgos inequívocos de una contienda que hasta en Twitter fue bautizada como #CochineroPAN.

Lo sabíamos desde hace semanas, los tres precandidatos calentaron el horno y después denunciaron que se habían quemado. Josefina Vázquez Mota llamó a los “votantes libres” del PAN a no caer en la cooptación del voto; el equipo de Ernesto Cordero metió la idea en la opinión pública de que cuenta con la estructura para movilizar el voto y ganar, sin importarles el regresionismo democrático que esto significa; y Santiago Creel denunció que el PAN no le podía dar la espalda a sus valores fundacionales. Los dimes y diretes penetraron hondo en la militancia panista que se comportó facciosamente a lo largo de más de  seis horas en que los simpatizantes fueron llamados a votar. No encontrar el nombre en la lista, confundir los puntos para votar, y los gritos y vituperios en las urnas, fueron experiencias que afectaron la certidumbre del proceso interno.

Las anomalías fueron muy claras en muchos lugares del país: en Durango las calles que dan al Parque VI Centenario amanecieron con carteles de apoyo a Ernesto Cordero; y en Tabasco, los representantes de los precandidatos recurrieron al “acarreo” de votantes en colonias populares y en rancherías. Las irregularidades llegaron al extremo de que en la capital, la esposa y el hijo de Creel fueron “rasurados” del padrón. Asimismo, a distintos militantes se les vio orgullosos cargando su binomio compuesto de sándwich y refresco, al puro estilo del priismo, una práctica denunciada por el blanquiazul desde su fundación.

Por ahí dicen que si el animal camina como pato, grazna como pato y huele a pato, sería iluso pensar en otra especie que no sea un pato. Según los reportes, ayer el PAN, no sólo acarreó y embarazó urnas como priistas, sino que además, el colmo, fue que también habló como priista.


Opinan en twitter

Entre bromas y apoyo

@CHAC
No Josefina: la primera presidenta fue Gonzalo Vega.


@MARIOCAMPOS
¿Y si Cordero sonríe tantito, aunque sea para la foto? Tsss...


@LAUMORBE
¡¡Ni copete, ni gaviota, Josefina Vázquez Mota!!