‘‘Gigantes’’

Pues nos encontramos esta semana con una invasión de gigantes en la ciudad, creando en consecuencia gigantescos atascos de coche; qué bueno que trajeron los gigantes para que los tapatíos que no conocíamos los embotellamientos de automóviles los conozcamos en las fiestas centenarias y bicentenarias, ¡qué bueno que nuestros queridos gobernantes se preocupen tanto de que seamos felices con los espectáculos que dan!, me refiero a los espectáculos que dan los gigantes, no los que dan los gobernantes.

Decir que es un espectáculo se vería muy naco, se trata de un performance en que se cuenta una historia que es lo de menos, la cosa es sacar los monotes, que hay que decirlo están muy bien hechos, al igual que las instalaciones, aunque se pretende que el interés principal es ver los monotes, muchos expertos afirman que no valen lo que pagaron por el show que alguno valuó en ochenta y tantos millones.

Debemos decir que el festejo nos llegó de rebote, venía en el paquete de casi cuatro mil millones que gastó el Gobierno en las fiestas del Bicentenario —porque como el Centenario les choca a los azules, en éste no gastaron— y que los mal pensados dicen que lo que escurra de los gastos de las pachangas es para la campaña del secretario Lujambio, y si no es de él será de su partido, no podemos ignorar que se requiere mucho dinero para las campañas, porque también es cierto el gasto que más conviene a los políticos es el de espectáculos, porque tiene la maravilla de que no hay que entrar a licitaciones, con licitación también se cobra pero menos porque hay competencia. Igualmente tenemos que agradecer a Marcelo Ebrard que dijo que no quería para la Gran Chilangostán el espectáculo ni regalado, creo que allá no necesitan ayuda para los embotellamientos, y la verdad nosotros agarramos de todo, entre otras cosas porque nunca nos quieren dar nada, esta pachanga costó casi lo mismo que el apoyo para movilidad.

No crea usted que hicieron el monote para el evento, tan solo le cambian el disfraz, en las redes lo puede ver de bombero en Nueva York y aquí disfrazado de indio, pero sin duda es un buen y brumoso espectáculo.

Tendremos la gran alegría de que vendrán a ver el festejo nuestro amado señor Presidente y gorriones que lo acompañan, razón por la cual el tlatoani no podrá ir a la FIL que es al mismo tiempo. Algunos pensarán que es venir a decirle a Raúl Padilla para que te la sepas, mira cómo me gasto la lana y para ti Tejones, a ver si sigues reclamando; también puede ser que le parezca mucho más divertido ver gigantes que libros.

Lo que puede ser realmente la nota es que el gigante sea el arma secreta del Primer Mandatario contra la delincuencia organizada.