Haciendo camino

Gran interés ha causado en la sociedad el grupo de reformas a diversas leyes estatales que comúnmente se le conoce ya como “ley salvavidas”.
Siendo el resultado más importante de la actual Legislatura, a muchos ha sorprendido que a la luz de recientes acontecimientos viales, se haya detectado que no cumple con las expectativas de la sociedad.

Se ha mencionado que la reforma facilita la evasión de cierta responsabilidad al no obligar al implicado en un accidente vehicular a realizarse exámenes sanguíneos toxicológicos para determinar con precisión las condiciones en que conducía, sin embargo la propia ley prevé otros mecanismos mecánico-clínicos que le permiten al Ministerio Público concluir si la persona está alcoholizada o bajo el influjo de algún estupefaciente o enervante, desde luego no podrá fijar el grado, pero sin duda serían elementos muy importantes para su valoración por el juez al momento del pedimento de la libertad bajo caución.

Quizá faltaría precisar en la ley el equiparamiento a la negativa en otras materias como la familiar donde existen ya precedentes para que quien se oponga a la realización de examen de ADN en reconocimiento de paternidad, se le presuma como afirmativo, salvo prueba en contrario lo que significa que quien se niega tiene la carga de la prueba.

La materialización de las sanciones previstas a los infractores depende en gran medida de la integración que al efecto realice el Ministerio Público como titular de la acción penal, quien tiene un papel fundamental para que la ley adquiera efectividad y por lo tanto también resulta necesario fortalecerlo con equipo y capacitación en las áreas periciales de tal forma que no se deje lugar a una posible salida legal que sólo favorezca a una de las partes en perjuicio de la sociedad.

Es claro que cualquier norma jurídica que regula conductas tiene quienes la aplaudan y también invariablemente quienes la fustiguen, más aún, al momento de su aplicación por una autoridad judicial, las normas siempre dejan la percepción de derrota o victoria según sea el sentido de la resolución emitida.

Sin embargo a legisladores, ministerios públicos, jueces, magistrados, litigantes, y a quienes intervienen en los procesos como a la sociedad en general,  debe guiarnos el espíritu que persigue la norma y del respeto a ella rescatar lo bueno que puede aportar para solucionar problemas graves de salud pública y de movilidad urbana, tomando en cuenta que toda ley necesita dinamismo.