Incendios en Yucatán afectan tres mil hectáreas de henequén

MÉRIDA, YUCATÁN (25/MAY/2011).- Unas tres mil hectáreas de henequén han sido presa de los incendios en la zona poniente del estado, en donde se encuentra la llamada zona henequenera, informó el presidente de la Asociación de Parcelarios de Yucatán, Bernardino Martín Chan.  

En entrevista, indicó que la cifra de este año ya supera por mucho a la de 2010, cuando se perdieron unas 800 hectáreas, contra las tres mil de este 2011, con la posibilidad 'de que si no llueve pronto podemos llegar a cinco mil o hasta seis mil'.  

Agregó que no se puede cuantificar todavía el daño económico a los parcelarios, pero una vez que comiencen a caer las lluvias y se controle la situación solicitarán al gobierno del estado apoyos emergentes, para que los productores tengan agaves para nuevas siembras en los sitios impactados por el fuego.  

'No hay lluvias en estos momentos en la zona henequenera que abarca 64 municipios, situación que afecta los parcelarios, porque no hay crecimiento de las pencas y no tienen sistemas para enfrentar la falta de lluvias', añadió.  

A su vez, aclaró que a pesar de que tres mil hectáreas han sido afectados por los incendios no se puede considerar como un desastre total, toda vez que gracias a las guardarrayas que construyeron los productores, buena parte de los cultivos permanece a salvo.  

'Hablamos de 30 mil hectáreas y ocho mil parcelarios que hay en la zona henequenera, pero es un hecho que urgen nuevas plantas para volver a sembrar lo más pronto posible y para que la tierra afectada por el fuego no se erosione más', indicó.  

'No hay sistemas de riego, ni pozos agrícolas, ni tampoco hay mangueras industriales para regar los plantíos, por ello dependemos del temporal para obtener buenas cosechas como pasa con el maíz, sorgo y soya, sin embargo en junio deben comenzar las lluvias en el estado', abundó.  

Expuso que a pesar de las afectaciones por el fuego, la meta es una producción anual de cinco mil o seis mil toneladas de hojas al terminar el año que están seguros de alcanzar, pese a las condiciones climatológicas que por ahora son adversas.