Laicos o laicistas

Convengo contigo en que hay católicos, practicantes y aún piadosos, ante los ojos de los demás, y quizás sinceramente convencidos, pero que sirven ingenuamente a los enemigos de la Iglesia…

-Se les ha colado en su propia casa, con nombres distintos mal aplicados –ecumenísmo, pluralismo, democracia-, el peor adversario: la ignorancia. (Surco San José Ma. Escrivá)

Y ahora también los términos “laico y laicismo” sin acabar de entender su significado.

Los bautizados, que critican o ven mal la postura del excelentísimo cardenal don Juan Sandoval Iñiguez, que ha protestado por esa inicua, inmoral, infame, aberrante y perversa ley, que aprueba la situación de los “matrimonios gays y la adopción de criaturas, deberían mejor evitar decir que son católicos.

Comentario: Estas personas que se dicen católicas y que por ignorancia culpable no saben distinguir los términos laico y laicismo, están haciéndoles el juego con su ignorancia, a las corrientes de pensamiento hostiles a la Religión Católica: todos ellos, sin querer queriendo, al oponerse de la forma que sea, al señor cardenal, son “laicistas”, es decir gente “sin Dios”.

Dice el Papa Benedicto XVI, que “la Iglesia es muy consciente de que pertenece a la estructura del cristianismo la distinción entre lo que es del César y lo que es de Dios, es decir la distinción entre Estado e Iglesia. (…) Esa distinción y esa autonomía son respetadas por la Iglesia, que se alegra de ellas considerándolas un gran progreso para la Humanidad y una condición fundamental para su libertad y para el cumplimiento de su misión universal de salvación entre todos los pueblos”.

“Al mismo tiempo la Iglesia siente que tiene el deber, siguiendo los dictámenes de su doctrina social, argumentada a partir de lo que es conforme a su naturaleza de todo ser humano”, de despertar en la sociedad las fuerzas morales y espirituales, contribuyendo a abrir la voluntad a las exigencias del bien”.

“Por eso, cuando la Iglesia recuerda el valor que tiene para la vida no solamente privada, sino también y sobre todo pública, algunos principios éticos fundamentales, contribuye a garantizar y promover la dignidad de las personas y el bien común de la sociedad, y en este sentido se cumple la deseada cooperación entre Estado e Iglesia.

No es lo mismo un Estado laico, que se busca y necesita; que un Estado laicista,--gente sin Dios-- como el que padecemos.

¿Qué dice la Iglesia sobre el tema “homosexualismo”? (problema ético)

El Catecismo de la Iglesia Católica dice que la homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas.

Su origen psíquico permanece en gran medidas inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que la presenta como depravaciones graves (cf Gen 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1, Co 6,10; 1 Tm 1, 10), La Tradición ha declarado siempre, que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”, (CDF, decl. “Persona humana” 8). Contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una complementariedad afectiva, y sexual.” “No pueden recibir aprobación en ningún caso”.

Comentario: Los magistrados, que dictaron las tales leyes civiles, --matrimonios gays--, para validar las uniones de homosexuales; argumentaron el derecho que les asiste- a estas personas- a tener la preferencia sexual que su instinto les reclame.

¿Una nueva ética muy avanzada? Los dichos magistrados no tomaron en cuenta, ni atendieron a la recta ordenación que dicta la Ley Natural; hicieron caso omiso de este imperativo categórico. Y si con su novedoso y aberrante argumento, que esgrimen para legislar en esta materia, “el derecho que tiene todo ser humanos a la preferencia sexual que su naturaleza
les demande”, —de igual manera, se podrá alegar en un futuro próximo legislar la pedofilia y las relaciones incestuosas—.

Porque también, las personas inclinadas a estos perversos actos sexuales, podrán alegar su preferencia. Y seguirá la mata dando. Y me pregunto: ¿Qué estamos haciendo para apoyar al señor cardenal?

Pedro Moreno