ROTONDA del miércoles 15 de septiembre del 2010

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La sopa por Ivabelle Arroyo
La deuda de usted
El Ayuntamiento tapatío, o mejor dicho, los regidores priistas y el alcalde tricolor, optaron esta semana por aceptar una deuda de mil 100 millones de pesos pagaderos a 25 años. En la jerga doméstica se diría que firmaron con la tarjeta, pero el dinero parece que sí es urgente: es para repavimentar las obsoletas calles de la ciudad.
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Historias de reportero por Carlos Loret de Mola A.
El desperdicio
Llegó a los oídos del Presidente al arranque de su sexenio: “Hay que hacer del Bicentenario una fiesta emotiva, que ‘les llegue’ a los mexicanos”. La idea de uno de sus más cercanos colaboradores era generar una gran emoción nacional que impactara en la vida pública, un orgullo como tsunami ineludible que arrasara con los intereses personales y marcara el inicio de un nuevo rumbo para el país. Cambios tan drásticos sólo se pueden conseguir impactando en el espíritu del ciudadano, donde la inspiración y el orgullo rebasan a cualquier otro sentimiento.
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Atando cabos por Denise Maerker
El góber miedoso
Peña Nieto ha sido muy consistente en evitar a toda costa que PAN y PRD se alíen en las elecciones para gobernador del Estado de México en 2011. Ha demostrado que con tal de evitarlo está dispuesto a firmar acuerdos en lo oscurito, a sostener que las alianzas amenazan la democracia tanto o más que la delincuencia y a cambiar sin pudor las reglas del juego a minutos de que el árbitro silbe el inicio del partido.
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Serpientes y escaleras por Salvador García Soto
¿Un festejo pa’ los cuates?
La insistencia con que el Gobierno —lo mismo Presidencia que el secretario de Educación— piden a los ciudadanos que no acudan al desfile y la verbena en el Zócalo capitalino y las calles del Centro la tarde-noche del 15 de septiembre, hace pensar dos cosas: primero, que hay riesgos reales y amenazas a la seguridad de quienes vayan a estos actos, y segundo, que las autoridades temen verse rebasadas por grandes contingentes de ciudadanos y prefieren reducir al máximo el límite de asistentes.
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