‘‘Semana de Feria’’

En el calendario de cuestiones importantes para nuestra ciudad, la FIL es para mí la más grande, ninguna otra celebración me causa tanta emoción, y es casi el único evento que hace que en el mundo se sepa que existe Guadalajara; los otros son Lorena, el “Chicharito” y las cabras de Vergara. Si no me cree, consulte la prensa internacional.

Debe ser muchísima gente de talento la que trabaja para lograr el éxito que merecidamente tiene, pero no puede desconocerse que el mérito en su concepción es de Raúl Padilla, que además resulta ser para muchos el villano favorito, y yo por no ser el tema, no me importaría que se le declarara el más malo de los malos, pero no podemos desconocer su talento en ésta.

Recuerdo que la primera feria era muy pequeña, vendían mayoritariamente libros de marxismo, que era lo que estaba de moda y a los que no nos interesaba el tema, ya que a mí el único Marx que me interesaba era Groucho, y nos teníamos que buscar libros de otros temas. Es increíble cómo las modas de temas dominan, hace pocos años se pusieron de moda los de misterio, la “verdad” sobre todos y cada uno de los personajes, que por lo general eran tratados de “porno ligth” sin ninguna base histórica, ahora lo que se estila son historias de narco. Pero ahora es tan grande y hay tantos libros, que difícilmente no encontrará el que usted esté buscando.

Para los que nos gusta este festejo hay gran variedad de atractivos, usted puede lanzarse a oír conferencias, hay muchísimas tumultuarias y solitarias, debo decirle que para este efecto se verá usted mejor si esta semana no se bañó ni rasuró.

A Otros les fascina ir a presentación de libros, debe haber cuando menos 50 diarios.

A mí me gusta comprar libros y para eso el único límite es su cartera, en esta semana mis tarjetas quedan a tope y el tiempo entre feria y feria lucho por pagarlas. Desde luego que usted no necesita leerlos, tener libros da cultura, aunque uno no los lea, cuando menos sabe que existen. Otros los comprarán para decoración, todo se vale.

Lo que no me gusta de la feria es que, creyendo que así harán lectores, llevan a manadas de pubertos, estoy seguro que es la más segura vacuna para que no lean. Yo pediría identificación para acreditar que son mayores de edad, recuerden que en la escuela acaban con el gusto de leer, y es que los jóvenes son contreras y lo prohibido atrae. Cometí el error de llevar siendo muy niño, como de seis años, a uno de mis hijos, al año siguiente lo volví a invitar y me respondió que se había prometido a sí mismo no volver a la FIL.