México | AYER DECÍAMOS... POR CARLOS ENRIGUE ''Semana de abstinencia'' Es muy probable que durante el delirio les dé por decir cosas, con menos sentido común que las habituales Por: EL INFORMADOR 5 de enero de 2011 - 03:22 hs Carlos Enrigue. / Resulta muy agradable iniciar el año escribiendo sin el cansancio del camino, aunque sea tan sólo la sensación, es la misma que tienes cuando te renuevan el plástico de la tarjeta de crédito, sigues debiendo lo mismo pero de algún modo te sientes liberado por un rato. La pasada semana es considerada por los expertos como temible para los políticos —en especial para los presidentes municipales— y también resulta muy difícil para los lambiscones muy cercanos a éstos, porque a pesar de sus conocidas habilidades para lamer los pies del tlatoani, en esta época no saben qué decir, y es que entre Navidad y Año Nuevo no les hacen caso ni en su casa, y eso produce en nuestros hombres públicos terribles enfermedades tales como el llamado síndrome de las diastolías neurovegetativas del poliformo inferior sistémico. Imagine mi solitario lector que durante las dos primeras partes del mes de diciembre es usted don fregonio, todo está hecho para que usted luzca, se cambió la fecha de los informes porque en día último no iba ni la familia del alcalde, el informe permite además del festejo hacer un gasto absolutamente desproporcionado para resaltar los supuestos logros de la administración —más que logros, aspiraciones no logradas— que además a nadie importan en realidad. Muchas felicitaciones de los invitados a la percha, más artículos elogiando los “históricos avances” de la administración informante, y para darle al evento un cierto sabor “democrático”, están las fracciones minoritarias que a cambio de su cuota de corrupción se oponen más sin exagerar. Después de unos días así, cómo quiere usted que se sientan los pobres mandatarios ante el silencio, después de la gloria el ostracismo, volver a ser simples mortales ¡qué horror! Lo menos que puede darles es calentura. Es muy probable que durante el delirio les dé por decir cosas, con menos sentido común que las habituales. De seguro que eso le pasó en la semana trágica a Miguel Castro Reynoso, primer edil de Tlaquepaque, por lo general el más juicioso y moderado en sus opiniones de esta zona, pues a él también le llegó el síndrome del silencio y a decir burradas se ha dicho, el ínclito alcalde desempolvó el único plan que ha fracasado en todo el mundo para garantizar que no disminuya la contaminación, sí, ya lo adivinó, el glorioso hoy no circula, que garantiza que el número de vehículos crezca cuando menos 20% por ciento, y como ese número de gente no puede comprar mejor auto, pues compraremos carcachas de las que nuestros vecinos del Norte están ansiosos de colocar. Si el sentido común no hace su presa de Castro y evita que lo proponga a los señores diputados, esto va a ser una masacre de la que sólo podrá salvarnos un milagro o el hecho que los diputados estarán más preocupados de su propia subsistencia. Temas Rotonda Ayer decíamos... Lee También Cruz de Plazas, emblema de la identidad jalisciense Reconocen a Guadalajara como Ciudad del Árbol del Mundo por quinto año consecutivo Jalisco celebra su herencia cultural con concierto especial en el Teatro Degollado Estas son las rutas alternas en Guadalajara por la marcha del 8M Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones